Niños, jóvenes, ancianos y de la edad media


Sólo unas notas, para no dejar sin decir nada sobre esta parte de los programas municipales. Lo primero que creo que hay que decir, respecto a la política de juventud, “mayores” (o ancianos, ¿por qué no?), infancia, etc., es que debería integrarse y diversificarse aún más. Integrarse, verse en su conjunto, en su, digamos, armonía y complementariedad. Diversificar, porque no es lo mismo un niño de 2 años que otro de 12, por ejemplo.

De la infancia más pequeña, las guarderías: un tema esencial es el aumento sustancial que debe haber de guarderías. Para los niños (y niñas, por supuesto) algo mayores, la distribución de campos de juego y el fomento del deporte no competitivo. Y también (ya se decía en el Programa IU de 2007) la formación de itinerarios seguros. Eso es fundamental para mejorar su autonomía. También es interesantes, desde distintos puntos de vista, la idea de “ciudad educadora”, aunque parezca que lleva la marca del PSOE. Pero no es así, es un término mucho más amplio e interesante.

Para la juventud se suelen tratar los temas de vivienda (ayudas específicas, de distinto orden), transporte (lo mismo, el búho, las bicis), el ocio (aquí se explayan los programas en prometer cosas) y el empleo (viveros de empresas, naves nido para determinadas iniciativas, empresas-taller, fomento del empleo “verde” y “social”, etc.). Por supuesto, a todo ello hay que atender, sin duda. Pero creo que interesa tener una visión de este grupo como gente mucho más altruista, y prever de ellos una participación más amplia en las cosas de la ciudad. Por eso creo que deberíamos intentar dotar de más tensión a las propuestas en este campo.

Respecto a los ancianos también se suelen plantear los temas del transporte, la vivienda, etc. Las residencias (tema complicado donde los haya). Y el ocio, el deporte (adecuado a esa edad), el cuidado de la autonomía personal. Pero creo, también aquí, que su contribución más activa a la vida urbana puede y debe potenciarse. Y nos queda hablar de esa edad que me gusta llamar “edad media” (por hacer la broma, pues efectivamente algunos, por su actitud, que resultan más viejos que sus padres, parece que vienen directamente de aquella época). Pues para la edad media (en algún texto los agrupan entre los 26 y los 64 años en un mismo grupo: antes diversificábamos y ahora unimos) es importante no perder de vista la conveniencia de atender a los diferentes “estilos de vida”. Resulta llamativo que un tema que tanto contribuye a caracterizar las distintas zonas de la ciudad no suela aparecer como tal en los programas. Pues bien: habrá que atender a esos estilos de vida diferentes, y cuidar su diferencia.

Pero por encima de todo nos queda una cuestión, que permea a todas las edades: niños, jóvenes, mayores… la pobreza. Es difícil hablar de guarderías, escuelas taller o residencias cuando con nosotros vive un grupo de población para quien ninguna de estas palabras tiene ningún significado. Ahí es donde, desde IU, debemos emplearnos a fondo (tal y como viene haciendo desde siempre, por cierto; pues ése es su sentido y justificación). 12.000 personas viven en Valladolid en situación de “pobreza severa”: ése es nuestro tema. Jóvenes, con una media de edad que ronda, como mucho, los 40 años; parados de larga duración; sin apoyo familiar, que viven en habitaciones compartidas con ingresos inferiores a los 350 euros mensuales. Muchos extranjeros y muchos nacionales. Ahí debemos centrar el programa de los distintos grupos de edades, en mi opinión. Dedicar mucho más esfuerzo y medios a ese grupo de gente.

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