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Faltan unos minutos para las 12 de la noche de hoy, viernes, 18 de junio. Último día de campaña de las Primarias de IU Valladolid 2010. Con ésta serán 56 las entradas que he publicado en el blog. ¿Cómo concluir? Expondré el método de trabajo que, de ser elegido candidato, me propongo aplicar. Consiste en considerar, para cada idea u objetivo, una par de conceptos. Pues al presentarlos así, emparejados, resulta más fácil valorarlos, y más completo el conjunto. De acuerdo con Michel Tournier, “un concepto aislado ofrece a la reflexión una superficie lisa en la que aquélla no puede morder. En cambio, opuesto a su contrario, estalla o se hace transparente y muestra su estructura íntima”. Veamos.

1. Rigor y olfato. Es preciso trabajar con números, con datos, con información cierta (no es fácil, pero hay que intentarlo). Pero también hacer valer la intuición de lo que está pasando.

2. Liebre y galgo. Si el mundo fuese un canódromo (esperemos que no lo sea), habríamos de considerarnos unas veces liebre y otras galgo. Liebre para ir por delante, para impulsar los cambios sociales (¿quién lo iba a hacer, sino nosotros?), aunque sin distanciarnos tanto que se pierda el contacto. Galgo para correr detrás (ya lo dijo Galeano) de la utopía.

3. Matices y firmeza. No se puede ir a piñón fijo, creyendo saber de antemano todos los resultados. Los matices, los detalles y las sutilezas son, muchas veces, importantes. Pero a la vez hay que tener las cosas claras, saber dónde se está.

4. Frescura y costumbre. Conjugar la experiencia, los hábitos, la forma de hacer ya ensayada y conocida, con la desenvoltura y naturalidad de lo espontáneo.

5. Dentro y fuera. Dedicar parte del tiempo a estar en la calle y otra parte a trabajar en los despachos. (Y también en el quicio de la puerta).

6. Antiguo y moderno. Hacer uso de las nuevas tecnologías (por ejemplo, este blog) y de las viejas formas de contacto (o sea: hablar).

7. Piedra y órdago. No renunciar ni a la piedra ni a los órdagos. Si la política es una partida de mus (esperemos que no lo sea) habrá que jugar a la piedra (mejoras paso a paso) en algunos asuntos, como la política cultural. Pero en otros asuntos, como en la movilidad, hay que jugar de órdago.

8. Sol y luna (razón y poética). Intentar convencer de nuestros argumentos y propuestas por medio de la razón, desde luego. Con la fuerza misma de los argumentos. Pero también cuidando de la forma: pues la forma en sí misma es con frecuencia revolucionaria.

9. Local y global. Pensar globalmente y actuar localmente, se ha dicho muchas veces. Pero también funciona (ha de funcionar) la fórmula contraria: pensar localmente y actuar globalmente.

10. Las dos lealtades. Si finalmente soy candidato, y más tarde alcalde o concejal, tendré lealtad a la ciudad en su conjunto. Y si finalmente soy candidato, alcalde o concejal, tendré lealtad a Izquierda Unida. (Dos lealtades que al fin y al cabo son la misma: pues lo que conviene a Valladolid es, en mi opinión, lo que Izquierda Unida le ofrece).

Imagen: Campo de lavanda en Provenza (foto de Marek Gehrmann, julio de 2007, publicada en commons.wikimedia.org).

Saramago y los apuntes de educación


Hoy ha fallecido Saramago. Ha estado activo hasta el final, defendiendo su idea de justicia públicamente hasta pocos días antes de su muerte; lo que no deja de ser admirable para cualquier persona. Y esta consideración me trae a la memoria un libro de Aurelio Arteta titulado La virtud en la mirada, que estaba dedicado precisamente a la enseñanza. Su idea era ésta: No hay educación sin admiración, pues admirar es un requisito básico, una palanca de la educación. Recordaba a Aristóteles, quien estaba convencido de que se pone más interés en aprender los asuntos “que despiertan admiración”. Y aludía también a D´Helvetius, para quien la educación era “el arte de despertar en nosotros pasiones fuertes”. Y a Simone Weil: “La educación –tenga por objeto a niños, a adultos, a individuos, a todo un pueblo o a uno mismo- consiste en suscitar móviles”. Admiración, pasión y móviles. ¿No es eso lo que nos deja Saramago? Los derechos como móviles, la pasión por sus causas, la admiración por su actitud. Quizá deberíamos tener en cuenta esta trenza de Saramago (sus móviles, su pasión, su actitud admirable) al redactar el programa municipal sobre educación.

Imagen procedente de
http://eltallerliterario.com.ar

10 preguntas breves de la "entrevista virtual"

Conforme a lo previsto en el proceso de Primarias IU Valladolid 2010, paso a contestar las preguntas formuladas a través de la web de Izquierda Unida.

1. Rocío: ¿Te has leído el Programa Municipal Actual de IU?
Sí, desde luego.
2. Rocío: ¿Que opinas del Programa Municipal?
Me parece un buen programa de izquierdas, dispuesto para cambiar la forma de ver la ciudad y con la evidente intención de ser útil, de contribuir a mejorar las cosas para quien más lo necesita. En ese sentido no es nada retórico. Busca la acción.
3. Rocío: ¿Que destacas y que quitarías, si es que hay que quitar algo?
Destaco especialmente los capítulos de participación (el nº 5), de lucha contra el cambio climático (el nº 8) y el denominado “Una ciudad acogedora, cohesionada y solidaria” (nº 10). No quitaría ninguno; pero en el momento actual hay capítulos que, en mi opinión, habrá que desarrollar más, como el capítulo 7, referido al empleo.
4. Jesús: Buenas tardes, en relación con el problema del tráfico, me gustaría conocer la opinión de ambos sobre la, en mi opinión, excesiva tolerancia que actualmente muestra la Policía Local de Valladolid con determinados comportamientos incívicos de algunos conductores ( no respetar la prioridad del peatón, aparcamientos en la acera o en doble fila, etc.). Desde mi punto de vista no se debe ser comprensivo con actitudes que suponen un perjuicio a terceros y una dificultad para una buena convivencia. Muchas gracias y un saludo.
Partiendo de la base de que hay unas normas y que debemos respetarlas todos, no creo que pueda equipararse, como tantas veces se hace, la situación del conductor y la del peatón. Para ser más claro: hay peatones que son ancianos, o niños, o que tienen dificultades para moverse, o que van cargados… y el principio básico de convivencia exige tener esas circunstancias en cuenta. La forma en que está organizada la movilidad en esta ciudad (como en la mayoría, también es verdad) prima absolutamente al conductor. Dicho lo cual, si encima se incumplen las normas, el perjuicio para la convivencia es aún mayor. Hay que ser mucho más exigentes con los conductores. Tienes toda la razón.
5. Juan Antonio: ¿Qué relación creéis que hace falta con los pueblos del Alfoz? ¿Es necesaria un área metropolitana, nos valen las DOTVAENT, alguna otra fórmula…?
Las Dotvaent, en su actual formulación, se han quedado cortas. Eso es evidente. Además, no tienen poder de convicción en absoluto. Se han planteado como un documento casi de carácter técnico, sin contenido político. O se replantean sobre bases mucho más sólidas (lo que, en mi opinión, sería posible), o van a seguir sin dar juego. Por otro lado, es posible la redacción de otros instrumentos de ordenación del territorio con mayor alcance, pues la ley contempla esa posibilidad. La formulación de un área metropolitana tiene también sus problemas, siempre los ha tenido.
En mi opinión deberían plantearse dos formulas complementarias. La primera, buscar acuerdos de fondo, sobre temas críticos (movilidad… llamémosla comarcal o metropolitana, como se quiera, protección del territorio, agua y otras infraestructuras, etc.; pero también suelo y vivienda, polígonos industriales, grandes equipamientos, y alguno más), entre distintos municipios. Pero como seguramente no se llegaría a acordar una solución completa, actuar desde la Junta mediante proyectos regionales, altamente consensuados.
Por de pronto, considero que en IU podíamos dar ejemplo y acordar un programa común, en los aspectos que antes he comentado (o más, o menos: ya veríamos), para contribuir a esa racionalidad que debemos conseguir para el Alfoz. Y también para poner de manifiesto la responsabilidad del PP, que tiene la Junta, la Diputación, el Ayuntamiento de Valladolid y los de la mayoría de los municipios del entorno, y no es capaz de llegar a ningún acuerdo importante.
6. Alfonso: ¿Podría valorar la "Ordenanza Antivandalismo" del Ayuntamiento de Valladolid?
Penosa. Si ya nos opusimos, en su día, a la llamada “Ordenanza Municipal sobre Protección de la Convivencia y Prevención de Conductas Antisociales”, la nueva regulación de este año la empeora aún más. Está en la línea de las normas franquistas de buena conducta. (Lo digo totalmente en serio, podrían cotejarse algunos artículos). Es una regulación que sirve, deja patente y a las claras la manera de entender la convivencia del PP en Valladolid. Al menos sirve para eso.
7. Alfonso: Los dos candidatos apuestan de una manera decidida por una movilidad más sostenible, en este sentido, ¿qué les parece la posibilidad de construir un tranvía en la ciudad de Valladolid?
Es un tema que debe estudiarse. A mí me gusta, frente al autobús, por varias razones. Por de pronto, se asegura que las ciudades que han adoptado en los últimos años el tranvía como medio de transporte público han visto mejorar radicalmente los principales índices de calidad del ambiente urbano. Son tres las diferencias principales entre autobús y tranvía. La primera, que por mucho que se establezcan corredores reservados y otras medidas para dar prioridad al autobús, como los dispositivos automáticos en los semáforos (control por radio), no suelen verse acompañado por el éxito. Los carriles son invadidos con frecuencia, y en consecuencia su velocidad cae cuando hay congestión. El tranvía, por el contrario, al discurrir por “plataforma propia” tiene mucho más garantizada la circulación, lo que finalmente se traduce en una mayor velocidad comercial.
La segunda ventaja sobre el autobús es su mayor capacidad. Es conocido el dato de que “un tranvía equivale a 177 automóviles y tres autobuses”. Y la tercera diferencia es para mí la más importante. El sistema de autobús se compone de vehículos que se integran en un medio genérico, el espacio de la calzada, donde compiten con los demás vehículos que por allí circulan. El tranvía, por el contrario, domina la circulación en los ejes por donde discurre. De ahí que la imagen de las ciudades donde se ha instalado haya cambiado tanto. La imagen de una ciudad en marcha que da prioridad a la movilidad pública, general, frente al vehículo privado, es estimulante.
Pero también, es cierto, tiene sus inconvenientes. Uno: el coste de implantación (aunque luego digan que se recupera, es más costoso en principio). Dos: la obra que hay que hacer (siempre más y más obra), y las empresas que lo instalan (una vez más en manos de ciertas empresas). Pero si queremos plantear carriles específicos para autobuses también hay que hacer mucha obra; y con los vehículos también estamos vinculados a las empresas que corresponda. De manera que, en último término, yo lo apoyo.
8. Alfonso: a reducción del consumo energético de la ciudad es una propuesta clara que entiendo asumen los dos candidatos, en este sentido, ¿qué propuestas concretas consideran acertadas para hacerlo efectivo?
Suelen recomendarse, por lo que sé, medidas de estos cuatro tipos: optimizar la eficiencia energética de la estructura urbana, minimizar la demanda energética de los edificios, maximizar la eficiencia del suministro energético y maximizar la proporción de fuentes de energía renovables. Lo primero (sobre la estructura) ha de hacerse en la planificación, lo que implica revisar, desde esa perspectiva, el planeamiento en curso (vuelvo a insistir: la propuesta de áreas homogéneas –suelos urbanizables, para entendernos-, tal y como está, es despilfarradora), buscando los tipos arquitectónicos más eficientes, el aprovechamiento solar, etc. También se plantean recomendaciones sobre el arbolado eficaz. Y si se proponen barrios con densidad adecuada pueden plantearse “calefacciones de distrito” que también se consideran buena solución.
En la edificación se propone prever medidas “de ahorro pasivo”, acristalamientos hacia el sur, mecanismos de sombra, buenos aislamientos térmicos, dispositivos de ahorro de agua, de calor y de luz (favorecer el uso de luz natural), favorecer los sistemas de ventilación natural, etc. Hay muchas medidas de este tipo. Por otro lado, el sistema de suministro más eficiente de energía a escala urbana se basa en la generación combinada de calor y electricidad (CHP) y redes de calefacción centralizada, como ya dije. También es útil el uso de ventilación mecánica acompañada de la recuperación del aire de extracción, la combinación de sistemas mecánicos y naturales, etc. Y por último, el control de los materiales empleados. Hay algunos de uso común, que son grandes consumidores de energía en su obtención y transporte.
También son interesantes otro tipo de medidas. Por ejemplo, de medida: simplemente conocer los datos de consumo de energía puede ser un método para atemperar el despilfarro. Por último, las medidas que se proponen en el programa de IU (en el apartado “Una ciudad que ahorra energía”) son impecables: auditorías energéticas en centros municipales, fomento de las renovables, control del alumbrado público, impulso de la sostenibilidad en los proyectos y empresas, combustibles y mobiliario adecuados, impulso de la xerojardinería, etc.
9. José Luis: Una pregunta para cada uno. En primer lugar, a Manuel Saravia: le he leído en su blog defender el tranvía, cuando el programa de IU no apuesta por él. ¿Intentará incluirlo en el programa? Y, en caso de que no se incluya: ¿primará su apuesta personal o la redacción del programa?
Sobre las ventajas de este sistema, desde mi punto de vista, ya lo he comentado más arriba. Pero se trata de un debate abierto. Si de mí dependiera, hoy por hoy y con los datos que tengo, intentaría incluirlo. Pero hay que hacer cuentas, por un lado (hay que ser muy rigurosos con los números), y ver la opinión del resto de la gente, por otro. Desde luego, en caso de ser elegido candidato, no intentaría que primase mi opinión, en absoluto. Eso lo tengo muy claro.
10. José Luis: Ahora para Esteban Miranda: He leído en prensa y en tu blog que apuestas por los servicios públicos con gestión pública ¿Crees necesario dar algún servicio público más de los existentes? ¿Alguno del que haya que rescatar su gestión pública?
(Esta pregunta no me corresponde).

Muchas gracias.

Un "pero" traicionero


Acabo de oír a José Blanco decir lo siguiente: “Somos de izquierdas, pero sobre todo somos responsables”. Se te ha ido de las manos, ¿verdad? Ese pero… te ha quedado francamente mal.

Apuntes de educación


Sobre este tema, davigon2 proponía tres cosas: 1º) “La integración de la universidad en tareas productivas para la ciudad, porque muchas veces buscamos en empresas y personas de fuera lo que se puede obtener de nuestras universidades y alumnos”. 2º) “Reducir la falta de asistencia a las clases”. 3º) “Adoptar sistemas y medios que permitan un seguimiento escolar de los alumnos por parte de los padres sin tener que ir a las escuelas ya que ahora que trabajan el padre y la madre es mas difícil que acudan a los centros a hablar con los tutores”. Por lo que sé, los dos últimos asuntos quedan completamente fuera del Ayuntamiento. Y sobre el primero lo único que puedo decir es que, efectivamente, hay un campo amplio de posible colaboración entre la universidad y la ciudad, pero no puede (ni debe, en mi opinión) ser utilizada esa institución como competencia en la realización de determinados trabajos para los que ya existen técnicos y profesionales competentes.

Es complicado: precisamente en algunas carreras (como Medicina y Arquitectura, por ejemplo; pero también en muchas otras) es lógico que los profesores, y los alumnos de cierto nivel, trabajen en tareas prácticas, y la legislación universitaria lo entiende y lo facilita; pero como medio de enseñanza. Pensar en que pueden utilizarse para sustituir a los trabajadores adecuados creo que no es buena solución. Pero sí es cierto que el Ayuntamiento tiene responsabilidades sobre Educación. Reducidas, pero ciertas. Sobre escuelas infantiles, por ejemplo: y aquí hay que hacer un gran esfuerzo por ampliar la red de forma muy significativa (la demanda es mucho más alta que la oferta existente). También sobre la educación de adultos (un campo amplísimo de posibles actuaciones). Actuaciones de ocio infantil (granjas, campamentos), programas para vacaciones, escuelas especiales, etc. Pero sobre todo el fomento general de la educación cívica. Y creo que puede entenderse ese término en sentido amplio.

Niños, jóvenes, ancianos y de la edad media


Sólo unas notas, para no dejar sin decir nada sobre esta parte de los programas municipales. Lo primero que creo que hay que decir, respecto a la política de juventud, “mayores” (o ancianos, ¿por qué no?), infancia, etc., es que debería integrarse y diversificarse aún más. Integrarse, verse en su conjunto, en su, digamos, armonía y complementariedad. Diversificar, porque no es lo mismo un niño de 2 años que otro de 12, por ejemplo.

De la infancia más pequeña, las guarderías: un tema esencial es el aumento sustancial que debe haber de guarderías. Para los niños (y niñas, por supuesto) algo mayores, la distribución de campos de juego y el fomento del deporte no competitivo. Y también (ya se decía en el Programa IU de 2007) la formación de itinerarios seguros. Eso es fundamental para mejorar su autonomía. También es interesantes, desde distintos puntos de vista, la idea de “ciudad educadora”, aunque parezca que lleva la marca del PSOE. Pero no es así, es un término mucho más amplio e interesante.

Para la juventud se suelen tratar los temas de vivienda (ayudas específicas, de distinto orden), transporte (lo mismo, el búho, las bicis), el ocio (aquí se explayan los programas en prometer cosas) y el empleo (viveros de empresas, naves nido para determinadas iniciativas, empresas-taller, fomento del empleo “verde” y “social”, etc.). Por supuesto, a todo ello hay que atender, sin duda. Pero creo que interesa tener una visión de este grupo como gente mucho más altruista, y prever de ellos una participación más amplia en las cosas de la ciudad. Por eso creo que deberíamos intentar dotar de más tensión a las propuestas en este campo.

Respecto a los ancianos también se suelen plantear los temas del transporte, la vivienda, etc. Las residencias (tema complicado donde los haya). Y el ocio, el deporte (adecuado a esa edad), el cuidado de la autonomía personal. Pero creo, también aquí, que su contribución más activa a la vida urbana puede y debe potenciarse. Y nos queda hablar de esa edad que me gusta llamar “edad media” (por hacer la broma, pues efectivamente algunos, por su actitud, que resultan más viejos que sus padres, parece que vienen directamente de aquella época). Pues para la edad media (en algún texto los agrupan entre los 26 y los 64 años en un mismo grupo: antes diversificábamos y ahora unimos) es importante no perder de vista la conveniencia de atender a los diferentes “estilos de vida”. Resulta llamativo que un tema que tanto contribuye a caracterizar las distintas zonas de la ciudad no suela aparecer como tal en los programas. Pues bien: habrá que atender a esos estilos de vida diferentes, y cuidar su diferencia.

Pero por encima de todo nos queda una cuestión, que permea a todas las edades: niños, jóvenes, mayores… la pobreza. Es difícil hablar de guarderías, escuelas taller o residencias cuando con nosotros vive un grupo de población para quien ninguna de estas palabras tiene ningún significado. Ahí es donde, desde IU, debemos emplearnos a fondo (tal y como viene haciendo desde siempre, por cierto; pues ése es su sentido y justificación). 12.000 personas viven en Valladolid en situación de “pobreza severa”: ése es nuestro tema. Jóvenes, con una media de edad que ronda, como mucho, los 40 años; parados de larga duración; sin apoyo familiar, que viven en habitaciones compartidas con ingresos inferiores a los 350 euros mensuales. Muchos extranjeros y muchos nacionales. Ahí debemos centrar el programa de los distintos grupos de edades, en mi opinión. Dedicar mucho más esfuerzo y medios a ese grupo de gente.

Áreas productivas de todo tipo


al3 preguntaba en un comentario de este blog: “¿Podrías explicar un poco más cómo enfocarías la permanencia, desarrollo e implantación de un tejido industrial importante en Valladolid? ¿Podrías dar algún detalle más de lo que a veces llamas de polígonos interiores?”. Veamos. En el entorno de Valladolid está programado el desarrollo de un polígono llamado Tuduero, en Tudela, nada menos que de 120 has. En Villanubla, un “parque aeronáutico”, el polígono San Cosme de 200 has. En Simancas, otro polígono de 80 has. Santovenia y Laguna también crean nuevo suelo industrial en sus planes urbanísticos. En Arroyo siguen con el invento de Ikea y toda la enorme superficie aneja. En Cigales, cerca de Cabezón, está en marcha (con bronca, pero en marcha) el denominado “macropolígono” Canal de Castilla, de cerca de 400 has. El parque tecnológico de Boecillo se ha ampliado una vez más (57 has.). Y en Valladolid capital se están construyendo los nuevos talleres ferroviarios (70 has.), se habla de un nuevo polígono agroalimentario (Palomares), se tiene idea de una nueva área logística, y hoy mismo el presidente de Renault en España “urge la creación del parque de proveedores” para la firma (dice, por cierto, que “hay que poner las pilas a nuestros funcionarios”: ¿no es una declaración un poco impropia?). El caso es que tenemos muchísimas hectáreas previstas para crear nuevo suelo productivo (o comercial: también hemos incluido Ikea). Están en distintas situaciones (unas en marcha, otras sólo previstas en el planeamiento, y algunas ni eso), pero en su conjunto suponen mucho más suelo del que vamos a poder digerir en mucho tiempo. O sea, que ese no es el problema. Que vengan o no vengan nuevas industrias no va a depender del suelo, a poco que se esmeren en la política de precios (lo cual no es fácil, ciertamente; pero insisto en que ése no va a ser el problema para que lleguen o no nuevas empresas).

Para plantear una propuesta compacta (estudiada, sólida y argumentada) sobre esta materia será necesario, aparte de esa visión territorial más amplia que hemos planteado más arriba, estudiar la situación. Analizar la economía urbana de la zona (situar a Valladolid en el contexto económico, revisar los datos de licencias, PIB, empleo y paro, comprobar la estructura territorial de las grandes y pequeñas empresas, la dependencia de las grandes firmas, en términos de empleo, las transformaciones de suelo industrial de los últimos años (Ebro, Enertec, el proyecto de cambio en la Fábrica de levadura), la propuesta de transformación de Argales, etc. Pero desde el punto de vista económico también nos interesa analizar la situación del comercio, su evolución, el impacto de los centros comerciales, el (mínimo) desarrollo de las áreas comerciales abiertas. Y el terciario de oficinas, la viabilidad de la propuesta del Plan Rogers de crear un “área de negocios” en la zona de los Talleres de Renfe. El turismo, y su relación con eventos e instalaciones (museos, por ejemplo). La universidad, vista como segunda empresa de la ciudad. Las administraciones (como fuentes de empleo: la Junta, el propio Ayuntamiento, etc.). Y también, cómo no, la construcción como actividad económica. Sus posibilidades en el momento actual, etc. La relación de todo el sistema con las infraestructuras y la energía (no siempre tan lineal como muchas veces se supone, dando por hecho que más carreteras es más actividad, directamente).

Nos interesa, en ese estudio que tenemos en marcha, sintetizar los datos sobre la dinámica económica de la ciudad, cuáles son las pautas de innovación y obsolescencia del tejido productivo vallisoletano, cuál es la influencia (¿o habría que decir el condicionamiento?) de las grandes empresas y operadores, el papel de bancos y cajas, etc. Pero de modo especial nos preocupa la situación del mundo del trabajo, cómo sufre el ciudadano los últimos cambios estructurales, cómo afectan a los trabajadores. Y si a eso le añadimos una preocupación más general, no limitada a nuestro ámbito, la cosa resulta algo más complicada todavía. Necesitamos saber muchas cosas para definir una política, como digo, compacta. Que se dirija hacia donde queremos ir. Pero no obstante, hay algo que sí creo podemos avanzar como planteamiento político de fondo: no limitarnos a los nuevos suelos, a las nuevas empresas, a las áreas de innovación. Pensar también, y sobre todo, en lo existente. En las empresas de todo tipo (industriales, oficinas, comercios, empresas constructoras, espacios de la administración, almacenes de todo tipo, etc. ), de pequeño y medio tamaño, que no van a ir a ningún polígono nuevo, y que ven cómo su espacio (físico y económico) se estrecha y oscurece.

Pues ahí es donde planteamos que debería dirigirse el grueso de la actuación municipal en esta materia. En la construcción (aparte de los polígonos exteriores que sean procedentes: un mapa comarcal que hay que racionalizar, desde luego) de un “polígono interior”, hecho de retales, de pequeñas áreas industriales o productivas que han quedado casi descolgadas en la ciudad (y en los municipios del Alfoz: la idea es trabajarlo para el conjunto), donde se plantee una política de apoyo (de distinto tipo; por ejemplo, tecnológico, asesoramiento, etc.), imagen y difusión, accesos y comunicaciones, servicios, etc. Que esas empresas gocen de muchas de las ventajas que tienen (con ayudas públicas, no lo olvidemos) muchas veces las de los polígonos nuevos. Esa es la idea, que ya digo habrá que desarrollar y concretar mucho más. Pero en el fondo se trata de estar más pendientes de impulsar y apopar lo que ya tenemos que abandonarlo y abrirnos a quien venga de fuera. Sí: como Ikea, por ejemplo.