Última entrada


Faltan unos minutos para las 12 de la noche de hoy, viernes, 18 de junio. Último día de campaña de las Primarias de IU Valladolid 2010. Con ésta serán 56 las entradas que he publicado en el blog. ¿Cómo concluir? Expondré el método de trabajo que, de ser elegido candidato, me propongo aplicar. Consiste en considerar, para cada idea u objetivo, una par de conceptos. Pues al presentarlos así, emparejados, resulta más fácil valorarlos, y más completo el conjunto. De acuerdo con Michel Tournier, “un concepto aislado ofrece a la reflexión una superficie lisa en la que aquélla no puede morder. En cambio, opuesto a su contrario, estalla o se hace transparente y muestra su estructura íntima”. Veamos.

1. Rigor y olfato. Es preciso trabajar con números, con datos, con información cierta (no es fácil, pero hay que intentarlo). Pero también hacer valer la intuición de lo que está pasando.

2. Liebre y galgo. Si el mundo fuese un canódromo (esperemos que no lo sea), habríamos de considerarnos unas veces liebre y otras galgo. Liebre para ir por delante, para impulsar los cambios sociales (¿quién lo iba a hacer, sino nosotros?), aunque sin distanciarnos tanto que se pierda el contacto. Galgo para correr detrás (ya lo dijo Galeano) de la utopía.

3. Matices y firmeza. No se puede ir a piñón fijo, creyendo saber de antemano todos los resultados. Los matices, los detalles y las sutilezas son, muchas veces, importantes. Pero a la vez hay que tener las cosas claras, saber dónde se está.

4. Frescura y costumbre. Conjugar la experiencia, los hábitos, la forma de hacer ya ensayada y conocida, con la desenvoltura y naturalidad de lo espontáneo.

5. Dentro y fuera. Dedicar parte del tiempo a estar en la calle y otra parte a trabajar en los despachos. (Y también en el quicio de la puerta).

6. Antiguo y moderno. Hacer uso de las nuevas tecnologías (por ejemplo, este blog) y de las viejas formas de contacto (o sea: hablar).

7. Piedra y órdago. No renunciar ni a la piedra ni a los órdagos. Si la política es una partida de mus (esperemos que no lo sea) habrá que jugar a la piedra (mejoras paso a paso) en algunos asuntos, como la política cultural. Pero en otros asuntos, como en la movilidad, hay que jugar de órdago.

8. Sol y luna (razón y poética). Intentar convencer de nuestros argumentos y propuestas por medio de la razón, desde luego. Con la fuerza misma de los argumentos. Pero también cuidando de la forma: pues la forma en sí misma es con frecuencia revolucionaria.

9. Local y global. Pensar globalmente y actuar localmente, se ha dicho muchas veces. Pero también funciona (ha de funcionar) la fórmula contraria: pensar localmente y actuar globalmente.

10. Las dos lealtades. Si finalmente soy candidato, y más tarde alcalde o concejal, tendré lealtad a la ciudad en su conjunto. Y si finalmente soy candidato, alcalde o concejal, tendré lealtad a Izquierda Unida. (Dos lealtades que al fin y al cabo son la misma: pues lo que conviene a Valladolid es, en mi opinión, lo que Izquierda Unida le ofrece).

Imagen: Campo de lavanda en Provenza (foto de Marek Gehrmann, julio de 2007, publicada en commons.wikimedia.org).

Saramago y los apuntes de educación


Hoy ha fallecido Saramago. Ha estado activo hasta el final, defendiendo su idea de justicia públicamente hasta pocos días antes de su muerte; lo que no deja de ser admirable para cualquier persona. Y esta consideración me trae a la memoria un libro de Aurelio Arteta titulado La virtud en la mirada, que estaba dedicado precisamente a la enseñanza. Su idea era ésta: No hay educación sin admiración, pues admirar es un requisito básico, una palanca de la educación. Recordaba a Aristóteles, quien estaba convencido de que se pone más interés en aprender los asuntos “que despiertan admiración”. Y aludía también a D´Helvetius, para quien la educación era “el arte de despertar en nosotros pasiones fuertes”. Y a Simone Weil: “La educación –tenga por objeto a niños, a adultos, a individuos, a todo un pueblo o a uno mismo- consiste en suscitar móviles”. Admiración, pasión y móviles. ¿No es eso lo que nos deja Saramago? Los derechos como móviles, la pasión por sus causas, la admiración por su actitud. Quizá deberíamos tener en cuenta esta trenza de Saramago (sus móviles, su pasión, su actitud admirable) al redactar el programa municipal sobre educación.

Imagen procedente de
http://eltallerliterario.com.ar

10 preguntas breves de la "entrevista virtual"

Conforme a lo previsto en el proceso de Primarias IU Valladolid 2010, paso a contestar las preguntas formuladas a través de la web de Izquierda Unida.

1. Rocío: ¿Te has leído el Programa Municipal Actual de IU?
Sí, desde luego.
2. Rocío: ¿Que opinas del Programa Municipal?
Me parece un buen programa de izquierdas, dispuesto para cambiar la forma de ver la ciudad y con la evidente intención de ser útil, de contribuir a mejorar las cosas para quien más lo necesita. En ese sentido no es nada retórico. Busca la acción.
3. Rocío: ¿Que destacas y que quitarías, si es que hay que quitar algo?
Destaco especialmente los capítulos de participación (el nº 5), de lucha contra el cambio climático (el nº 8) y el denominado “Una ciudad acogedora, cohesionada y solidaria” (nº 10). No quitaría ninguno; pero en el momento actual hay capítulos que, en mi opinión, habrá que desarrollar más, como el capítulo 7, referido al empleo.
4. Jesús: Buenas tardes, en relación con el problema del tráfico, me gustaría conocer la opinión de ambos sobre la, en mi opinión, excesiva tolerancia que actualmente muestra la Policía Local de Valladolid con determinados comportamientos incívicos de algunos conductores ( no respetar la prioridad del peatón, aparcamientos en la acera o en doble fila, etc.). Desde mi punto de vista no se debe ser comprensivo con actitudes que suponen un perjuicio a terceros y una dificultad para una buena convivencia. Muchas gracias y un saludo.
Partiendo de la base de que hay unas normas y que debemos respetarlas todos, no creo que pueda equipararse, como tantas veces se hace, la situación del conductor y la del peatón. Para ser más claro: hay peatones que son ancianos, o niños, o que tienen dificultades para moverse, o que van cargados… y el principio básico de convivencia exige tener esas circunstancias en cuenta. La forma en que está organizada la movilidad en esta ciudad (como en la mayoría, también es verdad) prima absolutamente al conductor. Dicho lo cual, si encima se incumplen las normas, el perjuicio para la convivencia es aún mayor. Hay que ser mucho más exigentes con los conductores. Tienes toda la razón.
5. Juan Antonio: ¿Qué relación creéis que hace falta con los pueblos del Alfoz? ¿Es necesaria un área metropolitana, nos valen las DOTVAENT, alguna otra fórmula…?
Las Dotvaent, en su actual formulación, se han quedado cortas. Eso es evidente. Además, no tienen poder de convicción en absoluto. Se han planteado como un documento casi de carácter técnico, sin contenido político. O se replantean sobre bases mucho más sólidas (lo que, en mi opinión, sería posible), o van a seguir sin dar juego. Por otro lado, es posible la redacción de otros instrumentos de ordenación del territorio con mayor alcance, pues la ley contempla esa posibilidad. La formulación de un área metropolitana tiene también sus problemas, siempre los ha tenido.
En mi opinión deberían plantearse dos formulas complementarias. La primera, buscar acuerdos de fondo, sobre temas críticos (movilidad… llamémosla comarcal o metropolitana, como se quiera, protección del territorio, agua y otras infraestructuras, etc.; pero también suelo y vivienda, polígonos industriales, grandes equipamientos, y alguno más), entre distintos municipios. Pero como seguramente no se llegaría a acordar una solución completa, actuar desde la Junta mediante proyectos regionales, altamente consensuados.
Por de pronto, considero que en IU podíamos dar ejemplo y acordar un programa común, en los aspectos que antes he comentado (o más, o menos: ya veríamos), para contribuir a esa racionalidad que debemos conseguir para el Alfoz. Y también para poner de manifiesto la responsabilidad del PP, que tiene la Junta, la Diputación, el Ayuntamiento de Valladolid y los de la mayoría de los municipios del entorno, y no es capaz de llegar a ningún acuerdo importante.
6. Alfonso: ¿Podría valorar la "Ordenanza Antivandalismo" del Ayuntamiento de Valladolid?
Penosa. Si ya nos opusimos, en su día, a la llamada “Ordenanza Municipal sobre Protección de la Convivencia y Prevención de Conductas Antisociales”, la nueva regulación de este año la empeora aún más. Está en la línea de las normas franquistas de buena conducta. (Lo digo totalmente en serio, podrían cotejarse algunos artículos). Es una regulación que sirve, deja patente y a las claras la manera de entender la convivencia del PP en Valladolid. Al menos sirve para eso.
7. Alfonso: Los dos candidatos apuestan de una manera decidida por una movilidad más sostenible, en este sentido, ¿qué les parece la posibilidad de construir un tranvía en la ciudad de Valladolid?
Es un tema que debe estudiarse. A mí me gusta, frente al autobús, por varias razones. Por de pronto, se asegura que las ciudades que han adoptado en los últimos años el tranvía como medio de transporte público han visto mejorar radicalmente los principales índices de calidad del ambiente urbano. Son tres las diferencias principales entre autobús y tranvía. La primera, que por mucho que se establezcan corredores reservados y otras medidas para dar prioridad al autobús, como los dispositivos automáticos en los semáforos (control por radio), no suelen verse acompañado por el éxito. Los carriles son invadidos con frecuencia, y en consecuencia su velocidad cae cuando hay congestión. El tranvía, por el contrario, al discurrir por “plataforma propia” tiene mucho más garantizada la circulación, lo que finalmente se traduce en una mayor velocidad comercial.
La segunda ventaja sobre el autobús es su mayor capacidad. Es conocido el dato de que “un tranvía equivale a 177 automóviles y tres autobuses”. Y la tercera diferencia es para mí la más importante. El sistema de autobús se compone de vehículos que se integran en un medio genérico, el espacio de la calzada, donde compiten con los demás vehículos que por allí circulan. El tranvía, por el contrario, domina la circulación en los ejes por donde discurre. De ahí que la imagen de las ciudades donde se ha instalado haya cambiado tanto. La imagen de una ciudad en marcha que da prioridad a la movilidad pública, general, frente al vehículo privado, es estimulante.
Pero también, es cierto, tiene sus inconvenientes. Uno: el coste de implantación (aunque luego digan que se recupera, es más costoso en principio). Dos: la obra que hay que hacer (siempre más y más obra), y las empresas que lo instalan (una vez más en manos de ciertas empresas). Pero si queremos plantear carriles específicos para autobuses también hay que hacer mucha obra; y con los vehículos también estamos vinculados a las empresas que corresponda. De manera que, en último término, yo lo apoyo.
8. Alfonso: a reducción del consumo energético de la ciudad es una propuesta clara que entiendo asumen los dos candidatos, en este sentido, ¿qué propuestas concretas consideran acertadas para hacerlo efectivo?
Suelen recomendarse, por lo que sé, medidas de estos cuatro tipos: optimizar la eficiencia energética de la estructura urbana, minimizar la demanda energética de los edificios, maximizar la eficiencia del suministro energético y maximizar la proporción de fuentes de energía renovables. Lo primero (sobre la estructura) ha de hacerse en la planificación, lo que implica revisar, desde esa perspectiva, el planeamiento en curso (vuelvo a insistir: la propuesta de áreas homogéneas –suelos urbanizables, para entendernos-, tal y como está, es despilfarradora), buscando los tipos arquitectónicos más eficientes, el aprovechamiento solar, etc. También se plantean recomendaciones sobre el arbolado eficaz. Y si se proponen barrios con densidad adecuada pueden plantearse “calefacciones de distrito” que también se consideran buena solución.
En la edificación se propone prever medidas “de ahorro pasivo”, acristalamientos hacia el sur, mecanismos de sombra, buenos aislamientos térmicos, dispositivos de ahorro de agua, de calor y de luz (favorecer el uso de luz natural), favorecer los sistemas de ventilación natural, etc. Hay muchas medidas de este tipo. Por otro lado, el sistema de suministro más eficiente de energía a escala urbana se basa en la generación combinada de calor y electricidad (CHP) y redes de calefacción centralizada, como ya dije. También es útil el uso de ventilación mecánica acompañada de la recuperación del aire de extracción, la combinación de sistemas mecánicos y naturales, etc. Y por último, el control de los materiales empleados. Hay algunos de uso común, que son grandes consumidores de energía en su obtención y transporte.
También son interesantes otro tipo de medidas. Por ejemplo, de medida: simplemente conocer los datos de consumo de energía puede ser un método para atemperar el despilfarro. Por último, las medidas que se proponen en el programa de IU (en el apartado “Una ciudad que ahorra energía”) son impecables: auditorías energéticas en centros municipales, fomento de las renovables, control del alumbrado público, impulso de la sostenibilidad en los proyectos y empresas, combustibles y mobiliario adecuados, impulso de la xerojardinería, etc.
9. José Luis: Una pregunta para cada uno. En primer lugar, a Manuel Saravia: le he leído en su blog defender el tranvía, cuando el programa de IU no apuesta por él. ¿Intentará incluirlo en el programa? Y, en caso de que no se incluya: ¿primará su apuesta personal o la redacción del programa?
Sobre las ventajas de este sistema, desde mi punto de vista, ya lo he comentado más arriba. Pero se trata de un debate abierto. Si de mí dependiera, hoy por hoy y con los datos que tengo, intentaría incluirlo. Pero hay que hacer cuentas, por un lado (hay que ser muy rigurosos con los números), y ver la opinión del resto de la gente, por otro. Desde luego, en caso de ser elegido candidato, no intentaría que primase mi opinión, en absoluto. Eso lo tengo muy claro.
10. José Luis: Ahora para Esteban Miranda: He leído en prensa y en tu blog que apuestas por los servicios públicos con gestión pública ¿Crees necesario dar algún servicio público más de los existentes? ¿Alguno del que haya que rescatar su gestión pública?
(Esta pregunta no me corresponde).

Muchas gracias.

Un "pero" traicionero


Acabo de oír a José Blanco decir lo siguiente: “Somos de izquierdas, pero sobre todo somos responsables”. Se te ha ido de las manos, ¿verdad? Ese pero… te ha quedado francamente mal.

Apuntes de educación


Sobre este tema, davigon2 proponía tres cosas: 1º) “La integración de la universidad en tareas productivas para la ciudad, porque muchas veces buscamos en empresas y personas de fuera lo que se puede obtener de nuestras universidades y alumnos”. 2º) “Reducir la falta de asistencia a las clases”. 3º) “Adoptar sistemas y medios que permitan un seguimiento escolar de los alumnos por parte de los padres sin tener que ir a las escuelas ya que ahora que trabajan el padre y la madre es mas difícil que acudan a los centros a hablar con los tutores”. Por lo que sé, los dos últimos asuntos quedan completamente fuera del Ayuntamiento. Y sobre el primero lo único que puedo decir es que, efectivamente, hay un campo amplio de posible colaboración entre la universidad y la ciudad, pero no puede (ni debe, en mi opinión) ser utilizada esa institución como competencia en la realización de determinados trabajos para los que ya existen técnicos y profesionales competentes.

Es complicado: precisamente en algunas carreras (como Medicina y Arquitectura, por ejemplo; pero también en muchas otras) es lógico que los profesores, y los alumnos de cierto nivel, trabajen en tareas prácticas, y la legislación universitaria lo entiende y lo facilita; pero como medio de enseñanza. Pensar en que pueden utilizarse para sustituir a los trabajadores adecuados creo que no es buena solución. Pero sí es cierto que el Ayuntamiento tiene responsabilidades sobre Educación. Reducidas, pero ciertas. Sobre escuelas infantiles, por ejemplo: y aquí hay que hacer un gran esfuerzo por ampliar la red de forma muy significativa (la demanda es mucho más alta que la oferta existente). También sobre la educación de adultos (un campo amplísimo de posibles actuaciones). Actuaciones de ocio infantil (granjas, campamentos), programas para vacaciones, escuelas especiales, etc. Pero sobre todo el fomento general de la educación cívica. Y creo que puede entenderse ese término en sentido amplio.

Niños, jóvenes, ancianos y de la edad media


Sólo unas notas, para no dejar sin decir nada sobre esta parte de los programas municipales. Lo primero que creo que hay que decir, respecto a la política de juventud, “mayores” (o ancianos, ¿por qué no?), infancia, etc., es que debería integrarse y diversificarse aún más. Integrarse, verse en su conjunto, en su, digamos, armonía y complementariedad. Diversificar, porque no es lo mismo un niño de 2 años que otro de 12, por ejemplo.

De la infancia más pequeña, las guarderías: un tema esencial es el aumento sustancial que debe haber de guarderías. Para los niños (y niñas, por supuesto) algo mayores, la distribución de campos de juego y el fomento del deporte no competitivo. Y también (ya se decía en el Programa IU de 2007) la formación de itinerarios seguros. Eso es fundamental para mejorar su autonomía. También es interesantes, desde distintos puntos de vista, la idea de “ciudad educadora”, aunque parezca que lleva la marca del PSOE. Pero no es así, es un término mucho más amplio e interesante.

Para la juventud se suelen tratar los temas de vivienda (ayudas específicas, de distinto orden), transporte (lo mismo, el búho, las bicis), el ocio (aquí se explayan los programas en prometer cosas) y el empleo (viveros de empresas, naves nido para determinadas iniciativas, empresas-taller, fomento del empleo “verde” y “social”, etc.). Por supuesto, a todo ello hay que atender, sin duda. Pero creo que interesa tener una visión de este grupo como gente mucho más altruista, y prever de ellos una participación más amplia en las cosas de la ciudad. Por eso creo que deberíamos intentar dotar de más tensión a las propuestas en este campo.

Respecto a los ancianos también se suelen plantear los temas del transporte, la vivienda, etc. Las residencias (tema complicado donde los haya). Y el ocio, el deporte (adecuado a esa edad), el cuidado de la autonomía personal. Pero creo, también aquí, que su contribución más activa a la vida urbana puede y debe potenciarse. Y nos queda hablar de esa edad que me gusta llamar “edad media” (por hacer la broma, pues efectivamente algunos, por su actitud, que resultan más viejos que sus padres, parece que vienen directamente de aquella época). Pues para la edad media (en algún texto los agrupan entre los 26 y los 64 años en un mismo grupo: antes diversificábamos y ahora unimos) es importante no perder de vista la conveniencia de atender a los diferentes “estilos de vida”. Resulta llamativo que un tema que tanto contribuye a caracterizar las distintas zonas de la ciudad no suela aparecer como tal en los programas. Pues bien: habrá que atender a esos estilos de vida diferentes, y cuidar su diferencia.

Pero por encima de todo nos queda una cuestión, que permea a todas las edades: niños, jóvenes, mayores… la pobreza. Es difícil hablar de guarderías, escuelas taller o residencias cuando con nosotros vive un grupo de población para quien ninguna de estas palabras tiene ningún significado. Ahí es donde, desde IU, debemos emplearnos a fondo (tal y como viene haciendo desde siempre, por cierto; pues ése es su sentido y justificación). 12.000 personas viven en Valladolid en situación de “pobreza severa”: ése es nuestro tema. Jóvenes, con una media de edad que ronda, como mucho, los 40 años; parados de larga duración; sin apoyo familiar, que viven en habitaciones compartidas con ingresos inferiores a los 350 euros mensuales. Muchos extranjeros y muchos nacionales. Ahí debemos centrar el programa de los distintos grupos de edades, en mi opinión. Dedicar mucho más esfuerzo y medios a ese grupo de gente.

Áreas productivas de todo tipo


al3 preguntaba en un comentario de este blog: “¿Podrías explicar un poco más cómo enfocarías la permanencia, desarrollo e implantación de un tejido industrial importante en Valladolid? ¿Podrías dar algún detalle más de lo que a veces llamas de polígonos interiores?”. Veamos. En el entorno de Valladolid está programado el desarrollo de un polígono llamado Tuduero, en Tudela, nada menos que de 120 has. En Villanubla, un “parque aeronáutico”, el polígono San Cosme de 200 has. En Simancas, otro polígono de 80 has. Santovenia y Laguna también crean nuevo suelo industrial en sus planes urbanísticos. En Arroyo siguen con el invento de Ikea y toda la enorme superficie aneja. En Cigales, cerca de Cabezón, está en marcha (con bronca, pero en marcha) el denominado “macropolígono” Canal de Castilla, de cerca de 400 has. El parque tecnológico de Boecillo se ha ampliado una vez más (57 has.). Y en Valladolid capital se están construyendo los nuevos talleres ferroviarios (70 has.), se habla de un nuevo polígono agroalimentario (Palomares), se tiene idea de una nueva área logística, y hoy mismo el presidente de Renault en España “urge la creación del parque de proveedores” para la firma (dice, por cierto, que “hay que poner las pilas a nuestros funcionarios”: ¿no es una declaración un poco impropia?). El caso es que tenemos muchísimas hectáreas previstas para crear nuevo suelo productivo (o comercial: también hemos incluido Ikea). Están en distintas situaciones (unas en marcha, otras sólo previstas en el planeamiento, y algunas ni eso), pero en su conjunto suponen mucho más suelo del que vamos a poder digerir en mucho tiempo. O sea, que ese no es el problema. Que vengan o no vengan nuevas industrias no va a depender del suelo, a poco que se esmeren en la política de precios (lo cual no es fácil, ciertamente; pero insisto en que ése no va a ser el problema para que lleguen o no nuevas empresas).

Para plantear una propuesta compacta (estudiada, sólida y argumentada) sobre esta materia será necesario, aparte de esa visión territorial más amplia que hemos planteado más arriba, estudiar la situación. Analizar la economía urbana de la zona (situar a Valladolid en el contexto económico, revisar los datos de licencias, PIB, empleo y paro, comprobar la estructura territorial de las grandes y pequeñas empresas, la dependencia de las grandes firmas, en términos de empleo, las transformaciones de suelo industrial de los últimos años (Ebro, Enertec, el proyecto de cambio en la Fábrica de levadura), la propuesta de transformación de Argales, etc. Pero desde el punto de vista económico también nos interesa analizar la situación del comercio, su evolución, el impacto de los centros comerciales, el (mínimo) desarrollo de las áreas comerciales abiertas. Y el terciario de oficinas, la viabilidad de la propuesta del Plan Rogers de crear un “área de negocios” en la zona de los Talleres de Renfe. El turismo, y su relación con eventos e instalaciones (museos, por ejemplo). La universidad, vista como segunda empresa de la ciudad. Las administraciones (como fuentes de empleo: la Junta, el propio Ayuntamiento, etc.). Y también, cómo no, la construcción como actividad económica. Sus posibilidades en el momento actual, etc. La relación de todo el sistema con las infraestructuras y la energía (no siempre tan lineal como muchas veces se supone, dando por hecho que más carreteras es más actividad, directamente).

Nos interesa, en ese estudio que tenemos en marcha, sintetizar los datos sobre la dinámica económica de la ciudad, cuáles son las pautas de innovación y obsolescencia del tejido productivo vallisoletano, cuál es la influencia (¿o habría que decir el condicionamiento?) de las grandes empresas y operadores, el papel de bancos y cajas, etc. Pero de modo especial nos preocupa la situación del mundo del trabajo, cómo sufre el ciudadano los últimos cambios estructurales, cómo afectan a los trabajadores. Y si a eso le añadimos una preocupación más general, no limitada a nuestro ámbito, la cosa resulta algo más complicada todavía. Necesitamos saber muchas cosas para definir una política, como digo, compacta. Que se dirija hacia donde queremos ir. Pero no obstante, hay algo que sí creo podemos avanzar como planteamiento político de fondo: no limitarnos a los nuevos suelos, a las nuevas empresas, a las áreas de innovación. Pensar también, y sobre todo, en lo existente. En las empresas de todo tipo (industriales, oficinas, comercios, empresas constructoras, espacios de la administración, almacenes de todo tipo, etc. ), de pequeño y medio tamaño, que no van a ir a ningún polígono nuevo, y que ven cómo su espacio (físico y económico) se estrecha y oscurece.

Pues ahí es donde planteamos que debería dirigirse el grueso de la actuación municipal en esta materia. En la construcción (aparte de los polígonos exteriores que sean procedentes: un mapa comarcal que hay que racionalizar, desde luego) de un “polígono interior”, hecho de retales, de pequeñas áreas industriales o productivas que han quedado casi descolgadas en la ciudad (y en los municipios del Alfoz: la idea es trabajarlo para el conjunto), donde se plantee una política de apoyo (de distinto tipo; por ejemplo, tecnológico, asesoramiento, etc.), imagen y difusión, accesos y comunicaciones, servicios, etc. Que esas empresas gocen de muchas de las ventajas que tienen (con ayudas públicas, no lo olvidemos) muchas veces las de los polígonos nuevos. Esa es la idea, que ya digo habrá que desarrollar y concretar mucho más. Pero en el fondo se trata de estar más pendientes de impulsar y apopar lo que ya tenemos que abandonarlo y abrirnos a quien venga de fuera. Sí: como Ikea, por ejemplo.

En torno al deporte

En uno de los comentarios de este blog, el muy activo davigon2 (muchas gracias) pregunta por nuestra idea sobre la posible política municipal de deportes. Y pide que nos extendamos en la explicación "desde el deporte base, pasando por el deporte en las escuelas hasta el deporte profesional". Efectivamente, creo que en principio es fundamental distinguir las cosas. Distinguir, por de pronto, el espectáculo deportivo de la práctica deportiva. De hecho, no debería estar en el mismo capítulo el tratamiento que se dé al convenio con uno u otro club profesional que la red de pabellones, campos de fútbol o piscinas cubiertas de los barrios.

Una buena práctica para analizar las necesidades sería analizar cuáles son las facilidades de acceso a "espacios de agua" (para natación y juego, y si procede, también para competición) de las distintas áreas y barrios de la ciudad, a los "campos de hierba" (con distintos tipos de pistas), y a pabellones cubiertos (también polideportivos). En todos esos espacios, de distinta tipología, se deberían poder practicar varios deportes. Y en su conjunto deberán estar bien distribuidos en la ciudad. Lo cual supone, por tanto, la elaboración inicial de un Mapa Deportivo. Pero hacerlo sin olvidar el enfoque que debería tener, no mezclando, insisto, la actividad física básica, el deporte federado y el deporte espectáculo. O, de hacerlo, tener bien presentes las diferencias entre cada instancia. De ese mapa se derivaría una propuesta de intervención jerarquizada, según necesidades y urgencias, en los distintos barrios.

También deberían revisarse las políticas de subvenciones, conciertos con centros educativos, con la Junta (sobre el uso de sus instalaciones), etc. Pero no sólo deben preosuparnos los equipamientos existentes, sino que importa igualmente cómo impulsar la práctica deportiva, especialmente en la base, en la población en general y sobre todo en las escuelas. El autor de la pregunta, davigon2, sugiere como modelo "el americano, en el que se practica mucho deporte en las escuelas y desde las cuales se lleva un estudio de las posibilidades de cada alumno en cada deporte, facilitado todo por un sistema de becas que al final lo que produce es que la persona que tiene aptitudes para el deporte, lo sabe y puede llegar a vivir de ello. En Valladolid veo mucha distancia entre el deporte base (en los colegios se fomenta poco) y el deporte profesional y pocas formas de salvar ese salto". Yo estoy básicamente de acuerdo en ese interés por el fomento del deporte en los niños y jóvenes, y por prever una posible transición hacia el deporte profesional. Pero no creo que el Ayuntamiento tenga posibilidades de corregir de forma significativa un estado de cosas que más bien corresponde (creo) a las autoridades educativas modificar.

¿Tierra de Campos nuclear?


Ayer jueves 17 de junio, en el Ateneo Republicano de Valladolid, tuvo lugar un acto de rechazo del “cementerio nuclear” (ATC) que algunos pretenden instalar en Tierra de Campos. Intervinieron representantes de Ecologistas en acción, Greenpeace y la Plataforma Anticementerio Nuclear (Tierra de Campos viva). Coincidió el acto, desgraciadamente, con la noticia de la aprobación, por parte de Suecia, de retirar la moratoria nuclear y abrirse a la construcción de nuevos reactores. Un desastre. No voy a hacer un resumen de la amplia e interesantísima exposición de Jerónimo de la Rosa y Carlos Bravo. Tampoco voy a insistir en la denuncia de la actitud de algunos alcaldes y concejales, ofreciendo sus propios terrenos para la instalación. Ni del oscurantismo, avasallamiento de toda racionalidad y autoritarismo político con que se está planteando todo el proceso. Me voy a limitar a insistir en cuatro aspectos que se pusieron de manifiesto y que me resultan sumamente reveladores.

El primero, que el tema de los residuos nucleares no está resuelto. Las fórmulas que se han venido ensayando han sido fallidas (enterramientos), son todavía utopías científicas (la transmutación), o se limitan a plantearse como temporales (el ATC es una solución de almacenamiento temporal, porque no se puede plantear de otra manera). El segundo se refiere a los beneficiados: ¿quiénes se benefician de este proyecto? (esta pregunta siempre es útil hacerla): la industria nuclear, las compañías eléctricas, que evitan tener que almacenar en sus instalaciones los residuos, se hace cargo de ellos el Estado, y liberan los emplazamientos, que quedan, cuando proceda, libres de la obligación de conservar los residuos producidos. El tercer aspecto tiene que ver con las nuevas centrales: ¿a quién le interesan esas construcciones? Según informó Carlos Bravo el negocio está, básicamente, en la obra misma. En la construcción de nuevas centrales están interesadas, sobre todo, las grandes empresas multinacionales como Mitsubishi, Westinghouse, General Electric y algunas más. No tienen ningún interés desde el punto de vista energético, ni son limpias ni económicas. Y el último aspecto alude a la posible solución al tema de los residuos del combustible nuclear gastado. Según Greenpeace, la solución está en las ATI (almacenes temporales, pero individualizados, no centralizados).

Hay que decir que el tema de la energía no es ajeno a la ciudad, y el debate de las nucleares no deberíamos, en mi opinión, considerarlo fuera de nuestros intereses.


Imagen de la conferencia (foto: MS).

Cultura

Al3 dijo: ¿Cómo debería de ser la vida cultural de la ciudad, y qué estrategias y acciones desarrollarías desde el ayuntamiento para ello? Le contesto a continuación.

Los programas políticos prometen, respecto a la cultura, el acondicionamiento de nuevos espacios culturales y la construcción de nuevos equipamientos, el desarrollo de múltiples actividades, creación de algunas instituciones y distintas fórmulas para mejorar la gestión y la organización. Se diferencian en el tipo y la cantidad de espacios, equipamientos, actividades, instituciones y planes que prometen, pero suelen tener en común que se presentan de forma atomizada, largas listas de buenos propósitos. Que por otra parte algunas veces dan la sensación de que se componen añadiendo, sin más, unas cosas debajo de otras. Nuevos centros culturales, más bibliotecas, más museos, nuevos festivales, recuperación de una semana específica, creación de grupos de arte, formulación de planes, acuerdos, departamentos.

Es cierto que suele reconocerse la firma de uno u otro partido en el tipo y el tono de las propuestas. Lo que es muy importante, desde luego. Pero suelen coincidir en ese carácter acumulativo de propósitos. Creo que, en ese sentido, se podría ser más exigente. Hacer un esfuerzo por encontrar la fórmula de integración entre algunos equipamientos, espacios, actividades, instituciones y gestión, de forma que se potencien mutuamente y ofrezcan algún producto (complejo) que sirva para estimular, o reorientar (o más modestamente, mejorar) la vida cultural de la ciudad. La Seminci, por ejemplo (y aunque debe ser objeto de mejoras, sin duda), se desarrolla en una serie de equipamientos, marca un espacio en un periodo de tiempo determinado, cuenta con un equipo de gestión propio, pero también se nutre de otras aportaciones, y se dirige a un público muy amplio. Podría ser un buen ejemplo de esa suerte de articulación de lugar, evento y gestión que creo debería buscarse.

Hay que dirigirse al fomento de la cultura en niños y jóvenes, extensión a ciertos ámbitos que actualmente tienen poca actividad, descentralizar algunas muestras, promover más acuerdos con las universidades, mejorar la gestión y la información de las actividades que se realizan en la ciudad, establecer acuerdos con las compañías de la ciudad, acercarse a los colegios y centros escolares, fomentar (más) la lectura, impulsar redes de artistas, desarrollar centros de creación… Es cierto. Pero como decía, creo que deberíamos buscar la forma de integrar este tipo de propuestas en una (o dos, todo lo más) de gran potencialidad, que sirvan para generalizar el goce de las artes (el teatro, la música, el cine, la lectura, el baile), y conjurar la soledad (¿no pretende eso mismo la cultura?). Desde una perspectiva multicultural (por más que se discuta), recuperar la ciudad como teatro de la memoria y de los sueños. (Créeme, Al3: pretendo que lo que aquí planteo no se quede en literatura).

Autoestima

Hace unos años se publicó en Barcelona (Institut d´Arquitectura Avançada de Catalunya, 2004) un librito de quien fue Alcalde de Curitiba (Brasil) “por tres mandatos”, y Gobernador del Estado de Paraná por otros dos: Jaime Lerner. Se titula Acupuntura urbana, y ha tenido mucha difusión en todo el mundo. Es interesante, desde luego. Y el éxito tan enorme que tuvo este hombre con su gestión del transporte y los residuos lo avala de alguna forma. Pues bien; lo traigo ahora a colación por un breve capítulo que titula así: “Autoestima, una buena acupuntura”.

Empieza perfectamente: “¿Cuánto te gusta tu ciudad? Normalmente, a la gente le gusta su ciudad porque ha nacido allí. Pero ¿qué opinión tienes de ella? ¿La conoces, te sientes parte de ella? ¿O las personas que sólo reflejan la tragedia te han influido hasta tal punto que estás totalmente convencido de que ya no tiene solución, que tu ciudad es la que tiene la peor infraestructura, que es la más violenta, la más injusta? (…) Pero el tamaño no tiene nada que ver con la inviabilidad de una propuesta. Ni con la falta de recursos. Lo más importante es tener una visión correcta, y una ecuación de corresponsabilidad”. Hasta aquí leemos.

Mucha gente de Valladolid, en los años 70, ayudada por los foráneos (siempre dispuestos entonces a criticar la ciudad), tenía una pésima impresión de esta ciudad. La política llevada a cabo desde 1979 ha cambiado esa opinión, y hoy mucha gente la valora positivamente. (Algún día, con tiempo, habrá que poner las cosas en su sitio, pues hoy se acepta por muchos como moneda común, sin el menor dato ni el más mínimo análisis, que el cambio llegó con el Partido Popular). Pero seguimos sin ser Bilbao. El Guggenheim (que, cómo no, cita Lerner como ejemplo de actuación para recuperar la autoestima de los bilbaínos… como si les hiciera falta) se convirtió en el modelo único y universal, y hoy no parece haber ciudad en el mundo que no sueñe con algo parecido.

Pero la autoestima no siempre llega de la mano de unos edificios emblemáticos tan esquivos, tantas veces, al aprecio. Hace unos días se entrevistaba a Javier Gutiérrez en el Diario de Valladolid-El Mundo, y se refería a esta misma cuestión, invitando a promover en la ciudad signos distintivos, pero no necesariamente nuevas edificaciones. Al contrario, señalaba (y cito de memoria) el interés de fomentar, por ejemplo, los aspectos relacionados con la ecología urbana, conseguir una ciudad verde, como posible característica de esa identidad que creí conveniente impulsar. Estoy de acuerdo. Creo que por ahí deberían ir las cosas: mejorar la autoestima colectiva a través de una más responsable cultura urbana.

Imagen: El canal del Duero, entre Valladolid y Renedo (foto: MS)


Sobre discapacidad


Esta entrada se redacta en respuesta al comentario de
nachogarci2005 (¿cuáles serían vuestras políticas respecto a la discapacidad?: paro, barreras arquitectónicas, etc.). Creo que son seis los campos principales en que se suelen plantear las actuaciones (o al menos se pueden agrupar así): 1º) De gestión y organización. 2º) Equipamiento y espacio urbano. 3º) Vivienda. 4º) Transporte. 5º) Servicios. 6º) Empleo.

1) Respecto a la organización y gestión se plantean, en los distintos programas, la elaboración de unos u otros “planes de inclusión”, “planes para la igualdad”, “plan de accesibilidad”, medidas de conciliación, creación de un “Consejo Municipal de Personas con Discapacidad”, ampliar la participación de las asociaciones de discapacitados en el Consejo de Vivienda, crear la figura del “Defensor Municipal de las Personas con Discapacidad”, etc. 2) Sobre el espacio urbano debería revisarse la aplicación de la normativa existente (hace un par de días se publicó en la prensa local un artículo comentando lo lejos que aún estamos de su cumplimiento), y respecto a los equipamientos insistir en la red de Centros de Día, centros ocupacionales, locales para asociaciones, etc. 3) Respecto a la vivienda se habla de promover un programa especial de “vivienda sin barreras”, rehabilitación y accesibilidad de las viviendas adaptadas, aparte de otras medidas de menor rango. 4) En transporte, aumentar el número de autobuses basculantes y mejorar las características de las paradas, aumentar el número de plazas reservadas, medidas sobre el bono-bus, euro-taxis, etc. 5) También se propone la ampliación y mejora de los servicios de teleasistencia y ayuda a domicilio, ayudas a las “nuevas madres” en familias con algún discapacitado, fomento del voluntariado, apoyo al uso de la lengua de signos, adaptación de la información para personas sordas y en braille, servicio de telelectura, etc. 6) Sobre el empleo, primar en la contratación municipal a las empresas que provengan de colectivos en desventaja, incrementar las plazas reservadas en el Ayuntamiento a personas discapacitadas hasta el 5-8%, crear el certificado municipal de “excelencia social empresarial”, etc.

Lo anterior es la carta de necesidades o deseos. Naturalmente, hay que cotejarla con las posibilidades y medios. Algunos puntos parecen muy sencillos, otros más difíciles (por coste, por complejidad). Creo que lo fundamental, a la hora de elaborar el programa, radica en tres aspectos. El primero, intentar dilucidar cuál es el elemento crítico, aquel que tiene capacidad de arrastre de los demás, y centrarse en él. Creo que es mejor plantear una promesa que se pueda cumplir, que caiga por su propio peso, y defenderla a muerte que multiplicar las promesas hasta el infinito. El segundo, contar con los grupos o asociaciones, con los directamente afectados para definir el punto anterior. De esa forma, combinando los dos puntos citados, habrá que determinar cómo conseguir la mejora de la autonomía personal de los miembros de este colectivo, cómo garantizar el cuidado y la atención que debe prestarse a algunos de sus miembros (y a los acompañantes o cuidadores), y cómo fomentar el asociacionismo en este campo. Pero dijimos que eran tres puntos. El tercero, que se trata de un ámbito en el que lo singular es muy llamativo; donde, creo, las situaciones especiales, particulares, únicas, son habituales y llamativas. Por lo que habrá que redactar un programa que dé entrada al tratamiento singular de lo que es singular. Por ahora no puedo decir mucho más. Pero creo que con lo dicho se expresa una línea de trabajo que puede ser útil.

Entre paréntesis

(Segunda mitad del cuestionario preparado por la Helena Madico, común a los dos candidatos).

-Defínase, ¿quién es usted y por qué pasaba por aquí?
Soy una persona de izquierdas. A lo que se puede añadir, como a cualquier persona, 20 ó 30 palabras más (ecologista –en acción-, arquitecto –sin fronteras-, rubio –un poco-, padre, cuñado, vallisoletano –de nacimiento-, africano –de vocación-, … y así hasta el final). Y pasaba por aquí como lo hacemos todos, en todo, en esta vida (o así lo creo): por casualidad.

-Su primer recuerdo político fue…
Si buscamos los primeros recuerdos de carácter político, los primeros-primeros, habría que remontarse a los curas del colegio, y eso es duro. Aunque me acuerdo bien, sorpréndase, de las (pequeñas, pero significativas) manifestaciones que hubo en 1968 en la plaza de Santa Cruz: hasta aquí llegó París. Pero, claro, me tocó vivir los años 70 con 20 años, la mayor parte de ellos en Madrid, y eso dio mucho juego.

-¿Cuál es su ideólogo de cabecera?
Si me lo permite, citaré cinco. Para entender la democracia y el derecho, Norberto Bobbio. Para entender la sociedad, Cornelius Castoriadis. Para entender el marxismo: Eric Hobsbawm. Para saber ver el arte, John Berger. Y para comprender la amistad, Georges Brassens.

-Confiese, ¿qué libro ha sido incapaz de terminar?
La verdad es que varios. Pero por citar uno, Un recodo en el río, de V. S. Naipaul. Lo estaba leyendo con gusto cuando publicaron en la prensa una entrevista con el autor. Y me resultó tan sumamente estomagante (por no decir otras cosas) que se me quitaron las ganas de seguir con el libro. No podía separar la obra de su autor. Menudo imbécil (por no decir otras cosas).

- Una frase a sepultar en los anales de la historia.
“Después de mí, el diluvio”, en el caso de que la hubiese dicho Noé.

-¿Rueda o Ribera?
Los dos. Y no es broma. En el bar, Rueda; en la mesa, Ribera.

-¿Le veremos calentado asiento en el Zorrilla, en el Pisuerga o en los Pepe Rojo?
Si finalmente soy candidato, y sobre todo, si soy alcalde o concejal, iré a los tres. Pero si la pregunta se refiere a que si suelo ir a alguno de estos campos o pabellones, pues la respuesta es que poco o muy poco. O quizá nada. Pero si hay que elegir, me quedo con Pepe Rojo.

-Un rincón de la ciudad en el que perderse
Las barcas del Pisuerga, desde luego.

Radiografía de un candidato

Incluyo, a continuación, las respuestas a la mitad del cuestionario (idéntico para ambos candidatos) preparado por la periodista Helena Madico, y que corresponde a uno de los puntos previstos para la campaña electoral de las Primarias Abiertas de IU Valladolid 2010.

-De ciudadano a político en proyecto, ¿por qué y por qué ahora?
Vivimos un ataque sin precedentes a la política. Hasta ahora se había venido preparando el terreno, jugando a ver, una y otra vez y en distintos medios de difusión (en la prensa, en el cine, en las tertulias) la labor política como algo interesado, poco noble, más bien sucio y con frecuencia directamente corrupto. Esa ha sido una gracia habitual en las últimas décadas. Ver a los políticos poco menos que miserables. Muy gracioso todo, pero con efectos letales. Porque ahora mismo vivimos el brutal ataque de una serie de personajillos, que ni siquiera se atreven a dar la cara (los llamados “especuladores” por unos, y “los mercados” por otros), que intentan poner de rodillas y humillar a toda la clase política, para consolidar su primacía. Quienes tenemos claro que la acción política es absolutamente necesaria para poder llevar una convivencia mínimamente digna (¿quién organizaría la vida en común, si no hubiese políticos: los militares, los curas, los economistas?), tenemos que comprometernos. Y aquí estamos.

-¿Qué le vincula a Izquierda Unida?
Desde hace muchos años colaboro con IU de Valladolid. He realizado trabajos de urbanismo, de forma continuada, con Javier Gutiérrez, Jesús Anta y Alfonso Sánchez. Y he participado en numerosas reuniones (en IU se hacen muchas reuniones) de todo tipo.

-El partido trabaja en esta etapa por refundar una izquierda global, ¿cuáles deberían ser las claves de esa renovación? ¿No puede ser malentendido este proceso como una nueva utopía?
Recuperar la igualdad como signo de la izquierda. Es su motor, lo ha sido siempre. Pero no la igualdad de oportunidades (es decir: la que tienen quienes juegan a la lotería, donde todos acaban perdiendo, menos uno), sino la de resultados. Con todas las cautelas que se quiera, matices, estímulos, concesiones,… pero igualdad. Y de ahí sale todo lo demás. Si son iguales un mozambiqueño y un alemán, ¿por qué se impide el acceso del primero al país del segundo? Eliminar esas aristocracias (porque eso es lo que son: diferencias por razón del nacimiento) es la tarea de la izquierda. Proponer la apertura de fronteras, por ejemplo (con todas las cautelas que se quiera, plazos, matices, prudencias, precauciones, cuidados,… pero apertura).

Porque además, la búsqueda de la igualdad no sólo beneficia a los “más desiguales”, sino a todos. Podemos verlo incluso desde el punto de vista más material. Fíjese: recientemente se ha publicado un libro de R. Wilkinson y K. Pickett (dos autores que no aluden al pensamiento de la izquierda), titulado Desigualdad. Un análisis de la (in)felicidad colectiva (Madrid, Turner, 2009), donde se expone y justifica, con todo detalle y claridad, que la igualdad es también condición necesaria e imprescindible para el bienestar. Igualdad, por tanto, por sus ventajas socioeconómicas. Pero también, y sobre todo (desde mi punto de vista), por justicia social. ¿Qué puede ser entendido como una nueva utopía? Pues claro: eso es lo que se pretende.

-¿Habla esa renovación de un cambio de modelo económico y social que nos aleje de crisis internacionales como la actual?
Habla de todo. Y por supuesto de la necesidad de cambio de modelo económico y social. Veamos un caso: un gran empresario cuyas empresas, una tras otra, van cayendo. Quedan en la calle miles de personas sin empleo, y miles de proveedores arruinados. Sin embargo, el citado gran empresario continúa con su “ferrari” sin problemas, pues no responde con su patrimonio personal de la crisis de sus empresas. ¿No es indecente? ¿No es insoportable? ¿No hay que cambiar el modelo?

-¿En qué Valladolid le gustaría vivir?
Se lo diré desordenadamente (y con seguridad me olvidaré de cosas: esto no es un programa), pero podrá servir para entender la música de lo que me gustaría proponer. Por de pronto (aunque no sé si es la mejor manera de empezar) me gustaría una ciudad donde se impulsase la cultura. Vivir bien es escuchar música, ver cine y teatro, recorrer exposiciones, asistir a conferencias y debates. Ahora se programan muchas cosas, pero me gustaría que se viviesen más, que tuviesen más efecto.

Me gustaría que fuese una ciudad donde se impulsase también una cultura urbana bien distinta a la que hoy vivimos. Donde se valorase lo que se tiene (digámoslo llanamente: lo viejo). Donde no se pensase destruir las casas por ser viejas, y se conservasen, por el contrario, por razones económicas y ecológicas, pero también por reconocimiento a quienes las hicieron y vivieron. Que cuando hubiese que cambiarlas por ruinosas, se hacía; pero hasta entonces se rehabilitaban. Toda la ciudad era objeto de una rehabilitación cuidada, completa y continua.

Una ciudad que está en el mundo y participa del mundo. Y se nota en lo que hace. Considera que lo que sucede en Angola o Canadá es también su problema y su responsabilidad. En los patios de los colegios se planta un árbol que recuerda que vivimos en un solo mundo y que somos mezcla (un símbolo, desde luego; pero los símbolos también alimentan).

Pero también se considera el centro del mundo (una paradoja que nos gusta mantener). Que se organiza en torno a plazas vitales y muy abiertas, donde se focalizan los principales equipamientos y sirven de lugar de encuentro y sentimiento de la ciudad misma. Donde hay un sistema de seguridad social también municipal. Donde destacan las casetas de información turística (con la famosa “i”), pero también otras casetas, más llamativas aún, más accesibles a todos, y también más centrales, donde se acoge y se recibe a cualquier persona desorientada que llega a la ciudad (en esta ciudad los consideramos equipamientos básicos, más urgentes que cualquier otro).

Una ciudad amable, donde se cuidan los detalles, se puede andar desde el centro hasta el campo sin tener que atravesar esas barreras de acero de las rondas (hay fórmulas para conseguirlo, se lo aseguro), donde se puede ir en bici, y dejarla en la calle, en múltiples aparcamientos o junto a las fachadas, como en Copenhague. Donde todo está lleno de “microparques”, y poblado de toda clase de árboles, pues nos gusta recordar que esta ciudad crece sobre un valle de aguas, un terreno generoso con la vegetación.

Habitada por gente de todas las edades y toda condición en todas partes. Que valora la igualdad (entre hombres y mujeres, entre todas las personas) como una de sus riquezas principales. Una ciudad donde se acompañan las soledades. Que resuelve su seguridad de forma conjunta y compartida, sin crear espacios vecinales segregados y cerrados. Que se divierte en fiestas como ninguna otra, pero que lo funda en el derroche de energía de la gente, y no del presupuesto. Porque gasta con austeridad (pues se recuerda que lo dijo Aristóteles: la austeridad es el fundamento de la amistad), y no a lo tonto.

Se han asumido los principios y soluciones de la llamada “ecología urbana” en la gestión del agua y los residuos, en la gestión de la energía, en la selección de materiales, en la movilidad. Por sus calles principales corre el tranvía (ya sé que hay un debate con este medio, pero yo lo apoyo), y se han creado varios aparcamientos en las afueras, incluso en otros municipios, conectados con un magnífico sistema de transporte público que hace innecesario moverse en coche por unas calles mucho más agradables. El pequeño comercio puebla las principales calles, y está distribuido por toda la ciudad aportando vitalidad, una vez que se ha templado la implantación de nuevos centros (Ikea, por ejemplo, se ha reducido a su espacio comercial, pues se ha eliminado la macro-operación inmobiliaria que pretendía que lo acompañase).

Una ciudad que coordina sus propuestas urbanísticas estructurales con los municipios de alrededor. Y que no le importa que una determinada instalación se levante en otro municipio, si es lo más razonable para el conjunto. Ha crecido el turismo, hay varios centros comerciales (bien distribuidos), se ha creado algún polígono industrial. Pero no se considera que cuantos más polígonos, mejor; ni cuantos más centros, ni cuantas más viviendas. Al contrario, se busca la buena proporción. Hay coches, pero en su medida. El AVE nos conecta con otras ciudades, pero no se considera el elemento principal de transporte interurbano, sino que forma sistema con otros muchos trenes ordinarios que mallan el territorio.

Una ciudad donde se hubiese soterrado finalmente el tren. De una forma mucho más barata (y mucho más amable, todo hay que decirlo) que la del proyecto inicial. Y que se hubiese hecho, como tantas otras cosas, no ya sólo por el interés de la mayoría, sino porque la mayoría estaba interesada en cumplir con los sueños de algunos de sus vecinos. Por eso la participación en los asuntos de gobierno público era tan alta: porque se miraban los intereses propios, desde luego, pero también se había extendido una cultura de buscar el interés general.

Una ciudad, en fin, nada preocupada por tener edificios “emblemáticos”. De hecho, a los vallisoletanos nos hacía gracia pensar que en algún momento estuvimos dando vueltas a la idea de embarcarnos en alguna construcción que protagonizase la vista de la ciudad, cuando lo que ahora valorábamos más era la idea misma de la ciudad como pantalla de cine. Blanca, discreta, al fondo, que casi nadie se da cuenta de su presencia. Que es necesaria para que corra la película, pero que no la secuestra en su beneficio. Al revés: lo que interesa es la historia que se cuenta. Y en la ciudad, la vida que se vive. Por eso, decíamos, nos gustaba ver Valladolid sin grandes rascacielos. Sino más bien como ciudad horizontal, tendida, discreta. Que apenas te has marchado, ya te espera.

-¿Y en qué Valladolid no le gustaría vivir?
No querría seguir con un Valladolid en tensión. Plagado de coches (con sus ruidos, su peligro, su contaminación, por mucho que se electrifique esa misma contaminación), de obras por todas partes (¿no sería mejor un poco más de orden en las obras, un poco menos de agobio?) y de malos modos (con un gobierno enfadado con todos y a todos reprendiendo: a la oposición -amenazándola cada minuto con los tribunales-, a los funcionarios, a los vecinos, a los compañeros de partido, a los alcaldes cercanos,… a todos).

No me gustaría vivir en una ciudad injusta, que discrimina zonas y barrios en sus decisiones. Ni en una ciudad improvisada, donde se hacen obras por la mera ocurrencia de algún regidor, sin un estudio apropiado que lo justifique, pero con ganas de hacer obra por el hecho de hacerlas. No me gustaría una ciudad donde primen los intereses y el cálculo electoralista. Donde siga dominada, allá en las alturas del cerro de San Cristóbal, por el yugo y las flechas (¿no es hora ya de quitarlo?). Formada por piezas separadas (llamadas, de forma rimbombante, “ciudad de la justicia” o cosas similares). Una ciudad desmesurada, sin sentido alguno de la medida, donde se mantiene esa enorme, inmensa, absurda superficie de suelo urbanizable (las llamadas “áreas homogéneas”), fuera de todo cálculo y sentido, por la incapacidad de enfrentarse a los grandes promotores. No me gustaría vivir en una ciudad que aprueba ordenanzas llamadas antivandálicas y que son, en realidad, amedrentadoras.

-Esboce en cinco puntos el que podría ser su programa electoral.
He dicho que me gustaría concentrar el programa en torno a diez o doce ideas básicas. Pero si se puede sintetizar en diez, se puede hacer en cinco. Lo diré telegráficamente (ya me extendí antes demasiado): 1. Derechos (y de forma especial, el de la vivienda). 2. Amabilidad (incidiendo especialmente en el tráfico). 3. Rehabilitación (atendiendo a su impacto en el empleo). 4. Soterramiento (más razonable, pero definitivamente resuelto). 5. Cultura (en el más amplio sentido de la palabra, y atendiendo especialmente a la cultura de la sostenibilidad).

-Un eslogan.
Una ciudad amable. Tenga en cuenta que la amabilidad sólo se consigue en un contexto de justicia social, sin violencias contenidas. Sólo en el cumplimiento de los derechos, y en un contexto de igualdad. Esa palabra, amabilidad, vale mucho. Lo mismo que la palabra ciudad. Y juntas, ya ni le cuento.

-¿Qué heredará de Alfonso Sánchez?
Una gran coherencia en su trabajo. Y un gran trabajo. Un programa magnífico. Un conocimiento profundo de la ciudad, especialmente de esa ciudad que menos se conoce. Una actitud. Y una enorme simpatía. Y, por supuesto, todo lo que le queda por hacer como concejal, que aún no conocemos.

-¿Cuál sería el mejor escenario político a imaginar en el Ayuntamiento tras mayo de 2011? ¿Cree necesarias las alianzas previas con el PSOE?
Quince concejales de IU, 7 del PSOE y 7 del PP. Me gusta. Más de 15 no es bueno, porque se pierde tensión. Y nada de alianzas previas. Si se presentan distintos partidos con distintos programas es para defenderlos por separado.

-En clave electoral, ¿beneficia o perjudica a IU el descontento nacional con el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero?
Visto en plan cicatero, beneficia. Pero en realidad nos perjudica a todos.

-Y antes de terminar, desmonte la teoría del voto útil.
En las elecciones municipales de Valladolid es evidente que el voto a Izquierda Unida es útil: siempre ha tenido representación. Pero en cualquier caso (y perdón por la perogrullada) el voto es siempre útil.

Un piso patera en las Delicias

En El Norte de Castilla de hoy se da cuenta de la situación en que viven unas quince personas en un piso de 56 m2 de las Delicias, de los destrozos que está causando una fuga de agua de esa misma vivienda en otras partes del inmueble, y de los múltiples trámites que han estado haciendo los vecinos, con escaso éxito. Temas a considerar: 1) La falta de reflejos, por llamarlo de alguna forma, de la Administración ante las denuncias. Esto es algo inadmisible. 2) La evidente responsabilidad del propietario, en todos los órdenes: él es quien debe garantizar las condiciones de seguridad, salubridad y ornato de su vivienda respecto a sus vecinos. Luego podrá reclamar a los inquilinos lo que considere, pero frente a los vecinos y la ciudad, el responsable es él. 3) El interés de la Inspección Técnica que comentábamos días atrás, y que alcanza también al estado de las instalaciones. 4) La falta de “problemas de convivencia” de los residentes en el edificio. 5) La necesidad de evitar llegar a estas situaciones. Pero no es fácil. ¿Cómo garantizar la adecuación entre el empadronamiento y la situación real, cómo saber que alguien figura en otra dirección distinta a la que realmente ocupa? La Policía hace preguntas antes de firmar el empadronamiento, es cierto; pero se pueden preparar las respuestas. 6) La ley de arrendamientos siempre es fuente de conflictos. Se suele achacar que protege demasiado al inquilino. 7) Las relaciones en la comunidad, entre propietarios, entre vecinos. Algún comentario del periódico dice que si la comunidad hubiese prohibido el acceso a los contadores no se habría podido hacer el enganche, por ejemplo.

En último término se trata de una situación complicada, donde, creo, no hay un único responsable. Hay una gradación de las responsabilidades. El máximo, sin duda, a la vista de la información, parece que es el propietario. Luego, la administración. Y también, cada uno en su justa proporción, los inquilinos (u “okupas”, que no queda claro) y la comunidad de vecinos. No creo que exista una solución determinante de asuntos como éste, a corto plazo, sino un conjunto de soluciones, que afectan a los distintos componentes del problema. A medio plazo, sin embargo, me parece que el replanteamiento de la legislación de la vivienda (reconociendo el derecho a la vivienda efectivo) y la inmigración (evitando la situación de “sin papeles”) contribuiría a evitar este tipo de situaciones. Insisto en que no sabemos cuál es la situación de los alquileres de esta vivienda. Pero sí sabemos de casos (en otras ciudades españolas) en que se pagan más de cien euros al mes por dormir en una cama o sofá. Al parecer, está previsto que la nueva ley de Gobierno Local (que sustituirá a la de Bases de Régimen Local vigente desde 1985) establezca sanciones a los propietarios que promueven el hacinamiento. Es una buena solución.

Foto: R. Otazo, de El Norte de Castilla.

Tres bromas de Zizek

Hoy se publica en El País una entrevista con ese personaje tan peculiar llamado Slajov Zizek. En ella nos entrega un buen número de boutades a cual más inquietante. Veamos tres. La primera: “Detrás de cada limpieza étnica hay un poeta”, por lo que “necesitamos controlar a la poesía”. La segunda: “El futuro de la democracia es Berlusconi”, quien nos señala “el futuro de un capitalismo autoritario”. La tercera: al concluir le dice al periodista que tiene permiso para manipular sus palabras, pero “orwellianamente”: “sorpréndame mostrando lo que he dicho”. Una, dos y tres. Las boutades son bromas. Pero con frecuencia las bromas sobreviven en la bruma, expresan una parte alarmante, casi escalofriante, de la realidad. Porque ¿quién no ha imaginado a un poeta genocida? La poesía figura, probablemente, entre las armas más poderosas para cambiar el mundo: pero también son utilizadas por quienes lo oprimen. ¿Y a quién no le alarma la imposibilidad, año tras año, de hacer abandonar el poder a Berlusconi? Y por último: ¿no es también cierto que los periodistas “construyen” las declaraciones de los entrevistados? En fin: sólo son boutades, salidas de tono, bromas.

Políticos en las cajas


Ayer, en el debate, quedó pendiente de responder por mi parte una pregunta sobre la nueva entidad formada por la fusión de Caja España y Caja Duero. Preguntaba el periodista Carlos Bailón, si no recuerdo mal, por nuestra opinión sobre la posible presencia del Alcalde de Valladolid en la dirección de la nueva entidad. Comentábamos aquí, hace un par de días, que hay quien defiende, con buenos argumentos, la necesidad de “romper” los grandes bancos, precisamente en beneficio de la salud democrática del sistema financiero. Izquierda Unida, por su parte, promueve el desarrollo de una banca pública y social, evitando la privatización de las cajas de ahorro, y haciendo frente a la “ofensiva del capital financiero español para hacerse con el control de las cajas de ahorro”, para lo que conviene mantenerlas en su actual naturaleza jurídica. Y García Rubio comenta, en este mismo sentido, que los problemas de las cajas “no han venido por un exceso de representación por parte de Ayuntamientos y Comunidades Autónomas, sino todo lo contrario, por una gestión imitativa de la de los bancos”. Estoy de acuerdo con estos puntos de vista.

Intervención final del debate

Quiero que la niña que nazca en Valladolid… (es broma). Si finalmente tengo el honor de poder continuar (cuando corresponda) la labor de Alfonso Sánchez, lo haré con orgullo, no quepa duda. Si finalmente soy elegido candidato, pretendo proponer a Izquierda Unida un trabajo sostenido para los próximos diez meses, hasta las elecciones. Un trabajo que se elabore entre todos, de una forma muy abierta a todo el partido, y a todos los ciudadanos. Y que vaya presentándose sistemáticamente: una propuesta al mes. Si el programa se sintetiza (como creo debe hacerse, por eficacia) en diez o doce puntos, convendría que los fuésemos presentando con tiempo, marcando nuestro propio ritmo.

Pido el voto. Sobre todo por la disposición que ofrezco. Pero también porque creo que voy a poder plantear lo que esperáis que plantee Izquierda Unida. Y digo más: lo que la mayoría de la ciudad espera que se haga. Pues lo que plantea IU es precisamente lo que la mayoría quiere. Giulio Carlo Argan, el alcalde comunista de Roma (procedente de la Universidad), en los años 70, decía el problema no es sólo lo manifiesto, sino la interpretación de las convicciones. Buscaba “administrar en el interés común un patrimonio de valores, económicos, ciertamente, pero también históricos, estéticos, morales, colectivos e individuales, debidamente reconocidos e inventariados, o sedimentados y latentes en el inconsciente”.

Pues bien: porque considero que, con vuestra ayuda, podemos interpretar bien esas convicciones y esos valores, os pido el voto. O de una forma más modesta: os pido el voto porque os aseguro que voy a hacer todo lo posible por interpretarlo acertadamente.

Respuestas a las preguntas de Pablo Álvarez

1. ¿POR QUÉ? ¿Qué le animó a dar el paso y presentar su candidatura a las primarias para representar a Izquierda Unida en las próximas elecciones municipales? En primer lugar, porque me ofrecía la posibilidad de aplicar algunas ideas sobre la ciudad que vengo defendiendo desde hace tiempo; también por compromiso con la ciudad, y el derivado de la actual situación, en la que parece obligado defender la acción política; en tercer lugar, por atender a los amigos que me propusieron participar; también, por último, porque es una actividad interesante, y soy algo inconsciente. Y ¿qué es compromiso, necesidad de realizar o cumplir un planteamiento, atender a los amigos y un punto de inconsciencia? Pulsión, fuerza biológica que estimula a una acción, a tomar una decisión. O dicho de otra forma: había que decir que sí.

2. VALLADOLID. A su juicio cuál es el mayor problema que tiene Valladolid, como ciudad, en estos momentos. La ciudad está noqueada, zombi. Aplica una política muerta. Basada en unos supuestos y una forma de hacer completamente superados por la realidad. Pero, con todo, siguen aplicándose sobre ella medidas que ya resultan viejas e inservibles. Los responsables políticos (todos, no es un problema del alcalde) han perdido el pulso. Parece que sólo esperan que vuelvan los viejos tiempos… y los viejos tiempos nunca vuelven. Nos están ofreciendo un mal fin de fiesta. Lo vemos con algunos ejemplos:

1º) Las obras en curso, impropias de un momento como el actual. Un puente en la Rondilla, un túnel en la avenida de Salamanca, una plaza y un aparcamiento en usos múltiples. ¿Realmente alguien puede creerse que eso es lo que necesita ahora la ciudad? Y se trata de algo que ya se advirtió al aprobar los presupuestos. 2º) El soterramiento. No sólo no se ha modificado un ápice la propuesta inicial, de hace cinco años, sino que se plantea ampliarla, con los mismos números. Cada día llegan noticias de su “posible” retraso, de problemas con los bancos, etc., pero nada se mueve en el proyecto, a la espera de que todo vuelva a ser como antes. 3º) Obras previstas: seguimos con el aparcamiento de la Antigua (ya vale de aparcamientos: va a dar la impresión de que alguien concreto tiene interés en la obra misma, más que en el propio aparcamiento), el torreón del Fielato. O los diversos “palacios”: el Palacio de la Imagen, o el que hace unos días nos planteaban “de Congresos”. 4º) Seguimos con partidas de venta de suelo municipal en el presupuesto, completamente irreales. 5º) El Plan municipal de vivienda y suelo, totalmente desfasado y fuera de juego, no se modifica. Es urgente replantear la política de rehabilitación, pero nada se toca, nada se mueve. 6º) En la web municipal sigue colgado, como la mojama, el plan estratégico denominado “Valladolid hacia el 2016”. Todo ha quedado obsoleto. 7º) El transporte público ha perdido miles y miles de pasajeros y aquí no pasa nada.

El urbanismo actual, aunque vigente, está muerto. Su momento estuvo en el PG de 2003. Y Valdechivillas aceleró la caída. Algunas obras siguen en curso, pero ya sin tensión. El urbanismo es sólo un síntoma de los demás aspectos de la política municipal. Se ha perdido el pulso. Se sigue una rutina con inconsciencia. Con inconsistencia o, peor aún, con desidia. No nos merecemos esto. Estamos en una economía casi de guerra y los responsables de la ciudad no lo reconocen. Prefieren seguir con unos presupuestos inconsistentes. ¿Cuál es el mayor problema que tiene Valladolid como ciudad, en estos momentos? La falta de pulso, la desidia.

3. MOVILIDAD. Tráfico considerado como el mayor problema para los vallisoletanos. ¿Qué medidas aplicaría para solucionar los problemas de circulación? La gente vive, en relación al tráfico, tres tipos de problemas: 1º) La congestión (en coche y en autobús). Por todas partes el movimiento no es fluido, en muchas horas hay atascos, cualquier obra es un caos. 2º) El aparcamiento (en coche). Cuando por fin llegas a donde vayas, tienes muchas probabilidades de no poder aparcar. Pierdes más tiempo… y quizás tengas que volver a casa a dejar el coche (no es algo tan excepcional, como sabemos). 3º) Y si eres peatón: rodeos, carreras en el maldito semáforo naranja, peligros en los cruces (andando y en bici). Además, el transporte público también parece haber llegado a un punto límite. Mejoró, pero hace mucho que ya no mejora. Y ya sólo se aplican paliativos.

1º) Se han ensanchado aceras… pero todo tiene un límite (parecen decirse), y se colocan vallas, se obligan a rodeos, muchas zonas son impracticables, y en otras te juegas la vida. Un ejemplo que conozco bien: la calle Ciudad de la Habana en Parquesol. 2º) Se han construido todos los aparcamientos imaginables. La ley de Castilla y León es récord mundial. La Norma Técnica de Equipamientos Comerciales (aunque hizo una pequeña concesión al final), etc. Y sigue habiendo problemas. 3º) No se ha parado de construir rondas. En seguida se superan: ya verán lo que se tarda en superar la ronda sur. Y se está construyendo la exterior este. Y se desdoblan carreteras. Y se hacen túneles… ¿Qué más hay que hacer? Una sangría económica, una invitación a la polución (contaminación, ruido, tensión, peligro).

Sabemos perfectamente (y este equipo de gobierno lo sabe desde siempre) los problemas del tráfico inducido. Las recomendaciones internacionales son clarísimas. ¿Por qué no se siguen? ¿Cuánto dinero se dedica a cada medio? Es necesario dar por completo la vuelta al sistema de movilidad. Aquí no hay paños calientes. No hay nada que hacer. No son posibles los paliativos. Hay que replantearlo por completo. La ciudad no da más de sí. La movilidad en transporte público no tiene buen horizonte. Las bicis tampoco. Los peatones, menos. Para ello es necesario:

1º. Tener claridad de ideas: andar, bicis, transporte público… y luego coches. (Y transporte de carga). 2º. Promover un cambio radical, pero aplicación procesual. ¿Coste? Acordarse de Mario Gaviria. Planteamiento metropolitano, por consenso (todos hemos hablado de la necesidad de hacer un planteamiento metropolitano, y todos estamos de acuerdo, al menos teóricamente, en las soluciones): Una vía de andar prioritaria; una vía ciclista completa; dos aparcamientos disuasorios de verdad; una vía de transporte público preferente, rápida; una desinstalación (al menos una demanda); una reserva de futuro; un gran intercambiador de bicicletas. 3º. Luego, dentro de tres o cuatro años, una vez en marcha ese sistema inicial y hayamos visto sus ventajas, redactar un plan completo de reordenación de la movilidad vallisoletana.

Y por cierto. Para que se vea cómo se están haciendo las cosas en este campo, emplazo al Partido Popular en el Ayuntamiento a que expliquen y justifiquen el túnel con que nos van a obsequiar en breve. Un túnel que nos mete más en el túnel. Que nos den los datos técnicos y nos expliquen cómo se tomó la decisión. Cuál fue el proceso de razonamiento, a la vista de los datos. Creo que, como ciudadanos que lo vamos a pagar, tenemos derecho a conocerlo.

4. URBANISMO. Receta para un crecimiento sostenible de la ciudad compatible con acceso a la vivienda. ¿Crecimiento? ¿Por qué crecimiento? Ese ya no es un buen principio. (Y no me refiero ahora a las propuestas de decrecimiento, sino simplemente a la que parece necesidad de crecer porque sí). Centrémonos en la vivienda y en las actuaciones dirigidas a la mejora de la economía urbana.

1. Respecto a la vivienda. Planteo una propuesta que se desarrollaría con actuaciones diferentes a corto, medio y largo plazo. Pues aquí nos encontramos con otro cuello de botella, como el del tráfico. Años y años y años, y el problema de la vivienda no sólo no se reduce, sino que crece. ¿Se acuerdan de las palabras del representante del Partido Popular que decía que, clasificando más y más suelos bajaría el precio de la vivienda por aquello de la oferta y la demanda, y todas esas cosas; y nos recriminaba a los incrédulos por faltos de sentido común. Qué cruel ironía: fíjense cuándo han bajado los precios, cómo y por qué. Como digo, una actuación que llevaría cambios legislativos (fáciles, pero que hay que ponerse a ello, y convencer a quien pueda hacerlos).

A medio/largo plazo: separar suelo y edificación, definir derecho a la vivienda. A corto plazo: (Me importa señalar aquí que se trata exclusivamente de mi opinión, naturalmente). Replantear la situación de las áreas homogéneas. Es necesario replantear su situación, plazos, números, compromisos, etc., para reducir, en lo posible, el estropicio. Aunque esto es algo a lo que se opondrán con todas sus fuerzas y todos sus medios los promotores, es necesario dejar de ser esclavos de ese disparate. Distinguir soporte y elementos separables. Y regular los requisitos de calidad en el soporte, no en la distribución. Definir un programa de rehabilitación general de toda la ciudad, que afecte al soporte y al espacio urbano (usos, instalaciones, etc.).

2. Respecto a los motores. Volvemos a vérnoslas con el Alfoz. Y lo primero ha de ser reestudiar, entre todos (los partidos y los municipios), los suelos que están en marcha. Hay muchos más suelos que posibilidades (Valladolid, Tudela, Villanubla, Santovenia, Cabezón, Laguna, etc.). Debemos fomentar la cooperación (y la compensación) que la guerra. Por tanto, seleccionar. En paralelo, formar otro polígono interior, un patchwork hecho de retales, con piezas de espacios productivos de aquí o allá, de todo el alfoz, que se tratará como un polígono completo, a efectos de imagen, servicios, tratamiento de la accesibilidad, etc. Es decir: la unión hace la fuerza. Se trata (ahora sí) de competir en igualdad de condiciones con los nuevos polígonos existentes. Defendiendo los puestos existentes. De nuevo, para los dos puntos anteriores, creo que debería llegarse a un consenso. Y creo que va a depender de nosotros, de IU: los demás partidos, la verdad, no parecen tener muchas posibilidades no coraje.

5. FINANCIACIÓN. ¿En tiempos de escasez, cuáles son/serían sus criterios a la hora de buscar nuevas fórmulas de financiación en la confección de los presupuestos? Aplicaría estos 6 puntos. 1º. Lo que hay es lo que hay. No voy a dejar de pelear hasta el último euro que nos corresponda, pero no voy a buscar excusas diciendo que tenemos poco. Lo que hay es mucho, y se pueden hacer muchas cosas. 2º. Es fundamental la seguridad financiera. Hay que ir contra los aventurerismos, esas supuestos chollos con los que se corren graves riesgos o en los que te hipotecas (de una u otra forma) para el futuro. Lo más peligroso son los inventos. Es más importante cuidar lo que se hace. Y distribuir bien, con sentido de la justicia. Cuidado con las dependencias que se crean. Y ojo a la financiación basura (volátil). Y en este sentido: ¿dónde está la hucha que deberíamos tener para los tiempos malos? Se han privatizado servicios, se ha vendido suelo, han sido tiempos de gran bonanza… ¿dónde están los ahorros? Pues eso: todo lo contrario.

3º. Se trata de aplicar un mejor reparto. Un reparto más social. Ver, por ejemplo, cuánto nos cuesta un empleo en una gran constructora internacional que trabaje en Valladolid y cuánto nos costaría en empresas más pequeñas (de tamaño ya óptimo) de rehabilitación, por ejemplo. Es decir: redefinir las prioridades (reduciendo partidas de Turismo y Presidencia, en favor de inversiones: ya se planteó precisamente por IU, con un alcance de más de 2 millones de euros). 4º. Para implicar más a la gente en el reparto, impulsar los presupuestos participativos. 5º. Dentro de esa redefinición de las prioridades: impulso de la “economía verde”, los empleos verdes. Con el apoyo de las universidades de la ciudad. 6º. Dar mucho más juego a los funcionarios municipales. A pesar de la rebaja del sueldo, confiamos plenamente en su trabajo, y pueden tener una participación mucho mayor en buena parte de las propuestas.

6. BARRIOS. Tres ideas para recuperar la vida de barrio. Pues las tres, contrarias a la política de James Bond: 1º. Mezcla de usos, actividades y edificios (mezclados, no agitados): comercios, oficinas, viviendas de distinto tipo, etc. 2º. Mezcla de distinta gente: jóvenes y viejos y niños, inmigrantes u autóctonos, etc. Como decía: mezclados, no agitados. 3º. Reparto de la magia de la ciudad (iba a poner: hacer de cada barrio el centro del mundo; pero prefiero escribir: dejar que cada barrio sea lo que es: el centro del mundo).

Concretando algo más. Tres ejemplos (entre mil) de las mezclas antes planteadas: 1º) Evitando la concentración de viviendas sociales en una zona, como ha sido la práctica de la Junta en los últimos años. 2º) Distribuyendo los nuevos edificios públicos en la ciudad, evitando esas artificiales “ciudades de ciudades” (aunque el otro día me llevé una bronca por defender esta postura), y favoreciendo una mayor permeabilidad entre esos usos y las casas de alrededor. Un ejemplo: Ciudad de la Justicia. Otro: traslado de la Escuela de Arquitectura. Otro más: el planteamiento del Palacio de Congresos, etc. 3º) Favoreciendo por todos los medios al pequeño comercio, frente a los grandes centros.

7. FIESTAS. ¿Qué programación quitaría y cuál incluiría dentro de la programación de las fiestas de Valladolid? Tengo que decir que esta campaña (de candidato a candidato) la estamos haciendo a pulso. Personalmente. Lo cual resulta bastante complicado. Y más en este punto, en que no es que no sea de mi especialidad profesional, sino que realmente no lo conozco bien. O sea, que corro el riesgo de equivocarme en mis apreciaciones.

El programa de fiestas de Valladolid es amplísimo. Ignoro cómo será en comparación con otras ciudades, pero a mí me ha parecido muy amplio. El año pasado, ya en esta crisis que nos consume, había: Feria de Día, Las casetas regionales, el Tragaldabas, Melitona, Gigantes y cabezudos, Conciertos (y Partydancesnew), Exhibiciones, demostraciones y torneos (tenis, pesca, fútbol, caza), Magia para todos, Peñas, Actividades infantiles, Festival pirotécnico, Verbenas y bailes al aire libre, Actividades de la Tercera Edad, Teatro, humor, zarzuela y danza, Ferias, Toros y Otros eventos festivos (concurso de cortes, exposición de cerámica, espectáculo multimedia, degustación de la tarta de San Lorenzo).

No sé qué quitar. He consultado el programa, pero no el presupuesto, ni conozco en detalle la participación del Ayuntamiento en cada actividad. (Los amigos me han dicho: no quites esto, no se te ocurra quitar lo otro… no toques la “tradicional patatada”). Hay muchas cosas que no tienen ni tradición y que, según el coste, podrían quitarse (por citar una: los espectáculos multimedia los hay magníficos, pero otros son un churro; creo que se podría prescindir). Pero creo que más bien se trataría de regularizar. Insisto en que me da la impresión de demasía, de exceso. Yo creo que no hay gente para tanto despliegue.

Hoy, debate

Hoy martes, a las 19,30 h., tendrá lugar un debate público en el Centro C. Esgueva (Madre de Dios, 20) entre los dos candidatos a las Primarias Abiertas de IU Valladolid, Esteban Miranda y yo mismo. Por esta razón no redactaré nuevas entradas hasta después de dicho acto. Para entonces publicaré parte de lo que haya expuesto. Muchas gracias.


Agua y residuos


Contesto a un comentario de davigon2, y expongo algunos puntos de cómo pienso que está la situación, planteando algunas propuestas sobre las infraestructuras de agua, saneamiento y tratamiento de residuos de Valladolid. Lo organizaré distinguiendo las redes e instalaciones, la gestión y la cultura de cada uno de esos temas.

1. Las redes del agua. Por lo que sé, la red de abastecimiento de agua de Valladolid no está mal (el trazado: el mantenimiento es otro tema). Se ha completado el “anillo 1000” (una especie de “circunvalación” del agua, fundamental para el buen funcionamiento del conjunto), los depósitos funcionan bien (el de las Contiendas a medio gas, pero cumple su misión; el de San Cristóbal se acaba de ampliar, con las ayudas del Plan E, creo), y las potabilizadoras también se han mejorado (se han instalado nuevos filtros de carbono con ayudas europeas). A veces se ha denunciado mala conservación de la red, deficiente mantenimiento (y un mal control municipal). El problema, sin embargo, va a estar en las áreas homogéneas. No hay nada previsto, y puede ser un auténtico desastre. Deberá replantearse todo el conjunto de forma racional, pues no es admisible esconder la cabeza, como hasta ahora, sobre esa cuestión. La red de riego, por su parte, se ha ido racionalizando, utilizándose casi siempre (creo) agua de los ríos y otros cursos, o de pozos: deberá seguirse en esa línea.

Respecto al saneamiento las cosas están peor. Esta red tiene muchos más problemas, y hay que hacer mucha más obra. Falta un colector nuevo e importante, que esta previsto que discurra por el corredor ferroviario (se construirá a la vez que el soterramiento). Hasta entonces se va haciendo lo que se puede. Algunos sifones bajo las vías, lo mismo que el paso del río en Arturo Eyríes, funcionan al límite. Las áreas homogéneas también van a colapsar el sistema. Se pretende que se desarrollen pequeñas actuaciones, en tanto que los municipios de alrededor se van conectando (o se pretenden conectar) a la EDAR de Valladolid: Zaratán, Laguna, Arroyo, Simancas. No es lógico: hay que hacer un repanteamiento general, juicioso y con visión de conjunto, de toda la comarca.

Pero también convendría mejorar las redes en otros aspectos, de menor escala, pero importantes. Por ejemplo, en el aprovechamiento de las aguas de lluvia (con aljibes, canaletas en las calles, estanques de retención en los planes parciales), para usos que no precisan agua potable (limpieza de calles, por ejemplo). También interesaría, por el comportamiento frente a los aguaceros y la mejora de la termodinámica urbana, añadir nuevas superficies filtrantes (vegetales o terrizas) en patios y calles para ralentizar las escorrentías y mejorar la infiltración de agua en el terreno. Y además convendría hacer más visible el agua en todo el espacio urbano (es un elemento asociado frecuentemente al esparcimiento, con una componente paisajística esencial: ya hablamos de lo bueno que es poder mojar los pies en el agua en el verano).

2. Las instalaciones de tratamiento de residuos sólidos. En el CTR (Centro de Tratamiento de Residuos) de Valladolid se han efectuado mejoras recientemente. Aquí vienen los residuos de toda la provincia. En alguna ocasión se ha denunciado el vertido de lixiviados del vertedero (los líquidos “resultantes”) a un arroyo que llega hasta Valladolid. Por otra parte está prohibido llevar allí los escombros, pero si se trata de residuos de obra menor se acaban llevando (incluso los lleva el propio Ayuntamiento, creo). También se han empezado a instalar, hace no mucho tiempo, contenedores enterrados en el centro de la ciudad (básicamente en el centro). En ellos se separan los restos orgánicos y todo lo demás, excepto, naturalmente, el papel, el vidrio y las pilas. Debería generalizarse el reciclado de neumáticos y aceite vegetal. Y ampliarse la red de puntos verdes.

Además hay que hablar de los residuos industriales, en Santovenia (conviene acordarse de la polémica de su instalación). Ecologistas en acción acaba de denunciar los problemas que se nos vienen encima con la construcción del nuevo Centro de Ampudia, que incluye un macrovertedero de 18 hectáreas y 3 millones de toneladas de capacidad (casi 4 veces el vertedero de residuos tóxicos de Santovenia de Pisuerga).

3. Gestión del agua. Desde que este Ayuntamiento privatizó el servicio del agua no han cesado los problemas. De distinto tipo. Agualid se queja del trato municipal y el Ayuntamiento de la gestión de Agualid. Más adelante se le añadió la gestión del saneamiento. Y también ha habido mil conflictos (el último, con las tasas de alcantarillado; el anteúltimo, con el canon de vertido). Debería estudiarse la gestión completa de las concesiones de estos servicios.

4. Gestión de los residuos sólidos urbanos. El asunto más llamativo figura hoy en la prensa: la creación de un Consorcio Provincial Provincial de Medio Ambiente (que agrupa mancomunidades, o mejor, que complementará a las mancomunidades). La CTR de Valladolid está explotada. Hasta el año 2017 (si no me equivoco) por Fomento de Construcciones y Contratas, S.A. Isolux Corsan Servicios, S.A. y Zarzuela, S.A.

5. Cultura del agua. Por de pronto, interesa la generalización de la xerojardinería (una técnica de cuidado de parques y jardines que relaciona los espacios verdes y el ahorro en el consumo de agua, que supone la planificación del parque en función de las necesidades de agua de las plantas; han de realizarse primero análisis y posibles enmiendas del suelo; y llevar a cabo luego una selección adecuada de las especies; debe tenerse moderación en la cantidad y ubicación del césped, sustituyéndolo por praderas; implantación de riegos por goteo y otros sistemas de ahorro de agua; uso de acolchados, etc.). Pero también reducir las pérdidas en las redes (con un adecuado mantenimiento), el control de precios (para “ayudar” a concienciar), y el fomento del ahorro de agua, mediante campañas educativas.

6. Cultura de los residuos. Prever actuaciones para evitar el abuso de los envases. Impulsar el menor uso de bolsas de plástico (después de la fallida experiencia reciente). Promover el consumo a granel y los envases retornables (aquí está una de las ideas de davigon2). Y, con carácter general, reducir los consumos. Se hará obligatorio el uso, en el Ayuntamiento, de papel reciclado, productos de limpieza no tóxicos, etc. Es decir: impulsar también la educación ambiental. Respecto al alumbrado público, ya lo hemos dicho, conviene también racionalizarlo (ahí estaría la otra idea de davigon2, aunque se refiere más bien al privado; estas propuestas se refieren en ambos casos a lo que aquí hemos denominado “la cultura” del agua y los residuos).

¿Quién dijo túnel?


Leemos en El Día de Valladolid: “El túnel de la avenida de Salamanca se abrirá al tráfico esta semana. El subterráneo ya está pavimentado y con la iluminación instalada. Los coches empezarán a usarlo en los próximos días para acabar la obra de la superficie a principios de julio”. Y en El Norte de Castilla el Alcalde se explica: “No salgo de mi asombro al recibir críticas hacia el túnel ya excavado en la avenida de Salamanca, a la altura del puente de García Morato, precisamente para evitar las incomodidades de los semáforos en un cruce con un elevado volumen de tráfico”.

Bien. Si tan claro lo tiene, que por favor exponga los datos de tráfico, informe de los vehículos que desde ese cruce van hacia el aeropuerto (¿no era esa la motivación inicial?), haga públicas las cifras de vehículos que se mueven en una y otra dirección en ese punto, nos dé a conocer los datos de otros cruces (sin túnel) de la misma avenida, informe por dónde pasan los peatones y qué semáforos deberán permanecer en el cruce del túnel, dé cuenta de los movimientos predominantes y justifique por qué ahora quedarán peor atendidos, presente, en definitiva, datos objetivos y completos.

Lo siento: no nos basta con el asombro del que no consigue salir el Alcalde. La ciudad ha gastado en esa broma varios millones de euros: no nos basta con su asombro.

Pajarillos sostenible

En el Centro Cívico Pajarillos está expuesta hasta mañana una exposición titulada “De animis revolutis”, creada por alumnos del IES Galileo, dentro del proyecto “Barrio Sostenible” y que ha contado con el apoyo de la Red Pajarillos. Lo más llamativo son las esculturas de tamaño natural, que representan espíritus. El título, De animis revolutis, hace referencia, precisamente, a esas mismas imágenes. En alguno de los carteles informativos podemos leer: “Con esta creación se ha conseguido sacar a la luz el Espíritu del barrio, personificado en un grupo de esculturas a tamaño natural, resplandecientes como las almas, que irán saliendo poco a poco del corazón del barrio, para reivindicar soluciones a los problemas detectados, pero al mismo tiempo sirviendo de revulsivo para el propio vecindario que debe reflejarse en estos espíritus”.

Varios de los temas aluden al soterramiento: “La luz al final del túnel. Grupo de espíritus saliendo del túnel como los que cruzan la vía del tren para reivindicar soluciones para el barrio”. En otro lugar se trabaja “Por un asfalto sin tener que dar saltos. Recuperamos nuestro espacio… para ir al cole. El módulo representa una modificación de la subida del `cole´ haciéndola más accesible”. Otro más alude a la bicicleta: “Enróllate con la bicicleta. El módulo representa un carril bici siendo desarrollado por el Espíritu del barrio para que vaya ocupando más espacio este medio de transporte”. Y un poco más allá volvemos al ferrocarril: “¡Qué carajo! La vía por debajo”. Los participantes, como decía, son muy diversos (la participación de personas adultas también ha sido notable). Los materiales empleados, múltiples: reciclados, madera, papel cello, leds, cartón reciclado, malla metálica, y muchos más. Un ejemplo de actuación bien llevada, útil y con muy buenos resultados (las ánimas son magníficas).

Foto: MS.